DISPUTA LEGAL

Un vecino de Beatriz Sarlo reveló que negociaba con el portero el alquiler de su departamento: qué cifra habían acordado

Un joven que vive en el mismo edificio donde residía Beatriz Sarlo reveló que el encargado, Alberto Meza, le ofreció en alquiler la propiedad de la escritora antes de que se resolviera la sucesión.

Un vecino de Beatriz Sarlo reveló que negociaba con el portero el alquiler de su departamento: qué cifra habían acordado

El joven, que vive en el mismo edificio donde pasó sus últimos días de vida Sarlo, y donde también vive el encargado Meza que reclama ser el heredero de esa vivienda, habló con América.

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Allí, contó que hace dos años vino desde Córdoba para lanzar una empresa de programación en Buenos Aires, y comentó que al llegar, entabló "un buen vínculo" con el encargado de su edificio.

"Yo le dije el encargado 'Bueno, cuando esté todo solucionado avísame a mí primero que te lo alquilo'. Y él me decía 'Bueno, hay medio toda una demanda acá. Es un quilombo grande", reveló sobre la charla que mantuvo con Meza luego del fallecimiento de Sarlo para alquilarle su departamento.

Cristian reveló que hasta llegó a "negociar" un precio de alquiler con el portero: "Habíamos dicho como un palo, por ahí podría ser". "Por un millón yo lo alquilo. Unos 800 dólares", detalló y develó que la conversación se dio en una "charla de ascensor que hablás con tu encargado, y le decís 'Bueno, ¿en cuánto puede estar?'".

"Está totalmente amueblado (el departamento) y yo hubiera tirado para que me lo dé alquilado amueblado. Capaz que él no sé qué hubiera dicho, pero yo le hubiera tirado. Es que está hermoso el lugar", afirmó sobre lo que hubiera hecho de seguir adelante con el alquiler aunque reconoció no saber quién era Sarlo, a quien solamente cruzó unas veces en el ascensor.

La disputa legal

El departamento en cuestión se encuentra en una diputa legal que mantiene Meza con el exmarido de Sarlo, Alberto Sato, quien hizo una presentación ante la Justicia con la justificación de ser el único pariente de la reconocida escritora, pese a no haber mantenido contacto en el último tiempo y ya no ser su pareja hace mucho tiempo.

Además, Cristian relató que en una oportunidad visitó la vivienda para ver sus características. La vivienda de Sarlo perteneciente el 8° piso de la calle Hidalgo al 140 contaba con tres habitaciones, cocina, living y tres balcones, producto de la unión de dos departamentos que había hecho la escritora.

Respecto a las supuestas ventas que Meza habría hecho de objetos pertenecientes a Sarlo como libros de su biblioteca personal o de su colección de vinilos, Cristian señaló que la escritora "tenía muchas cosas adentro" y remarcó que el portero de su edificio le obsequió un "libro" para que "conozca" a la escritora.

Meza, encargado del edificio donde residía Beatriz Sarlo, afirmó que el 2 de agosto del año pasado la escritora le entregó un testamento manuscrito en el que lo designaba como heredero de su departamento ubicado en la calle Hidalgo al 140, además de confiarle el cuidado de su gata Niní. Tras el fallecimiento de Sarlo, ocurrido el 17 de diciembre, Meza presentó el documento ante el Juzgado Civil N°91, que lleva adelante la sucesión.

Según el texto, la escritora habría escrito: “Alberto Meza, quedás a cargo de mi departamento después de mi muerte, y también quedás a cargo de mi gata Niní, que te aprecia tanto como te aprecio y valoro yo”.

El portero también aportó una segunda nota, más deteriorada, en la que Sarlo supuestamente le encomendaba el cuidado de Niní “en caso de un accidente”. Pero la Justicia determinó que no existen registros notariales ni testigos que respalden la autenticidad de estos papeles.

Ambos documentos fueron clasificados como “testamento ológrafo”, una figura jurídica que contempla la validez de textos escritos a mano por el testador, aunque exige una verificación de su autoría. En este contexto, el juzgado ordenó un peritaje caligráfico que ahora está en curso. Las cartas serán comparadas con documentos oficiales de Sarlo, como pasaportes y dedicatorias autografiadas, para establecer si efectivamente fueron redactadas por ella.