Aumento de muertes por la resistencia antimicrobiana, un desafío para la ciencia
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La ciencia preocupada por la resistencia antimicrobiana a los antibióticos.
El análisis realizado por el equipo de GRAM muestra que, entre 1990 y 2021, las muertes por RAM aumentaron de manera significativa. El Staphylococcus aureus resistente a la meticilina (SARM) es uno de los principales responsables de este incremento, con un alarmante aumento de muertes a lo largo de las últimas décadas. Además, el envejecimiento de la población mundial añade más presión a los sistemas de salud, ya que las personas mayores de 70 años se ven cada vez más afectadas por infecciones resistentes a los antibióticos.
Se proyecta que las muertes en este grupo de edad aumentarán en un 80% para 2050, lo que subraya la urgencia de tomar medidas antes de que sea demasiado tarde. Mientras tanto, en los niños menores de cinco años, las muertes por RAM han disminuido gracias a los avances en vacunación y mejores condiciones sanitarias, aunque esto no significa que el problema esté resuelto.
Las consecuencias económicas y sociales de la resistencia de bacterias a los antibióticos
Más allá del devastador costo en vidas humanas, la resistencia antimicrobiana tiene también un impacto económico considerable. Se estima que los sistemas de salud en todo el mundo enfrentarán un aumento significativo en los costos relacionados con el tratamiento de infecciones resistentes. Según el estudio, la RAM podría generar una pérdida económica global de entre 1 y 3.4 billones de dólares anuales hasta 2030.
Además, las infecciones farmacorresistentes presionan los sistemas de salud ya vulnerables, obligándolos a destinar más recursos para cuidados intensivos y tratamientos más costosos. Sin una respuesta coordinada a nivel mundial, esta situación podría generar un colapso en los sistemas de atención médica y en las economías nacionales.
Posibles soluciones para la resistencia a los antibióticos
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A pesar de las sombrías proyecciones, el estudio también identifica posibles soluciones para revertir esta tendencia. Entre las más destacadas se encuentran: la mejora del acceso a nuevos antibióticos, la implementación de mejores prácticas en hospitales, la promoción de la vacunación y el desarrollo de tratamientos innovadores para enfrentar a las bacterias resistentes. Además, los gobiernos y el sector privado deben colaborar para financiar el desarrollo de nuevos medicamentos y apoyar los esfuerzos globales en la lucha contra la RAM.
Finalmente, se hace un llamado a los líderes mundiales a tomar medidas urgentes y coordinadas para evitar que esta amenaza se convierta en una crisis aún mayor. La resistencia bacteriana no es solo un problema de los sistemas de salud, sino un desafío global que requiere una respuesta inmediata y contundente.