Hasta el momento, el siniestro ha dejado dos muertos confirmados y nueve heridos, aunque las autoridades informaron que los lesionados se encuentran fuera de peligro. A pesar de ello, la búsqueda de los tres trabajadores restantes continúa, con incertidumbre sobre su estado y ubicación exacta.
Los rescatistas enfrentan un escenario de alta inestabilidad geológica, con posibilidades de nuevos desprendimientos o colapsos internos. La operación se lleva a cabo con maquinaria pesada, drones subterráneos y sensores sísmicos de última generación, pero el riesgo es constante.
Una mina clave en el mapa global del cobre
El Teniente representa un activo estratégico para Chile, el mayor productor de cobre del mundo. La mina genera millones de toneladas de mineral al año y es uno de los pilares de Codelco, empresa que aporta una parte significativa de los ingresos del Estado chileno.
Este tipo de accidentes impacta no solo en el plano humano, sino también en el plano operativo y económico, al poner en jaque la continuidad de una producción vital para el país. En ese sentido, la seguridad minera vuelve a quedar bajo la lupa, especialmente en explotaciones tan profundas y con estructuras tan antiguas.
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El Teniente es la mayor mina subterránea de cobre del mundo (REUTERS)
La presión por los protocolos de seguridad
El accidente se produjo el jueves a las 17:34 horas, justo después del sismo que afectó la región. Aunque las instalaciones de El Teniente cuentan con protocolos de seguridad, fuentes internas confirmaron que la magnitud del colapso superó lo previsto.
“El sismo fue leve en superficie, pero a 500 metros de profundidad las condiciones son distintas. La vibración generó un colapso puntual que afectó zonas de trabajo activas”, explicaron desde la empresa.
Las autoridades del Servicio Nacional de Geología y Minería (Sernageomin) ya iniciaron una investigación formal para determinar si hubo fallos preventivos o deficiencias estructurales.