El 4 de julio de 2011, María Cash se tomó un colectivo de larga distancia con destino a Jujuy. Lo que pasó en lo días siguientes es un enigma que la Justicia logró dilucidar tras descartar más de 400 datos falsos.
María Cash y uno de los últimos registros que se tienen de la joven.
La desaparición de María Cash en julio de 2011 es uno de los grandes misterios de la historia policial reciente del país. La diseñadora de moda, oriunda de la Ciudad de Buenos Aires, tenía 29 años cuando se tomó un colectivo de larga distancia con destino a Jujuy.
El 4 de julio de ese año, la joven partió rumbo al norte luego de que un amigo le ofreciera vender la ropa que confeccionaba y montar un taller. Ese día, Federico, su papá, la llevó hasta la terminal y, sin saberlo, fue su última despedida.
De forma inexplicable, el 5 de julio de 2011 María Cash descendió del vehículo. De acuerdo a su familia, en un llamado telefónico le dijo al amigo que la esperaba que había gente en el colectivo que “no le gustaba”.
Lo que pasó en lo días siguientes es un enigma que la Justicia tardó más de 13 años en resolver. Lo logró tras descartar 400 avistamientos de Cash y otros datos falsos; y gracias al testimonio de una decena de testigos. La siguiente cronología es lo que se sabe hasta el momento.
Según consta en la causa, el lunes 4 de julio, la diseñadora partió de Retiro a las 19.45 en un colectivo de la empresa Mercobus con destino a San Salvador de Jujuy. Se sentó en la butaca número 9. A las 11 de la mañana del día siguiente, se bajó en Tucumán y abordó otro colectivo, esta vez de la empresa La Veloz, hacia Rosario de la Frontera. Allí, fue vista cerca de las 14 en la terminal de ómnibus por una mujer llamada Magalí Lobos.
Por la tarde, un camionero identificado como Carlos Bellossi la llevó en su vehículo hacia Santiago del Estero. La dejó cerca de las 22.30 en la rotonda de acceso a La Banda y ella se tomó un remís a la terminal local.
Su amigo Juan Pablo Dumon le compró un pasaje a Jujuy. Partió a la 1.30 en otro colectivo de Mercobus con destino, otra vez, a San Salvador. Arribó a la terminal vieja de esa ciudad a las 8.45 del miércoles 6 de julio.
Unos 15 minutos más tarde, entró al taller de Carlos Crescencio Aguilar para cargar su celular y llamar a su amigo Dumon. Atendió la hermana de este, quien le ofreció pagarle un remís.
A las 12 del mediodía siguiente, el camionero Ramón Britos la vio haciendo dedo con su mochila y su bolso rojo, y la llevó hasta Molino Pampa Blanca. Otro hombre, identificado como Hugo Soruco, la vio mientras hablaba con otro conductor.
A las 17 horas habló con su madre desde un locutorio y no se supo más de ella hasta las 23.30, que fue registrada por una cámara del peaje Aunor, en el ingreso de Güemes, hacia Salta. Ya no llevaba su valija roja.
El siguiente registro que se tiene de la diseñadora es a las 01.14 del jueves 7 de julio. A esa hora, ingresó al Hospital San Bernardo, en la ciudad de Salta, pero, luego de registrarse, decidió no atenderse y se retiró. La recepcionista la notó "desorientada, deteriorada y con la mirada perdida".
Se la volvió a ver a las 8.15 mientras circulaba y tocaba timbres en inmediaciones de las calles Caseros y Juramento, también en el centro de Salta. A las 12, un remisero de apellido Sierra la llevó de nuevo al peaje Aunor, donde los empleados hallaron su mochila tirada. Se le perdió el rastro durante unas 16 horas.
El viernes 8 de julio, el último día que se cuenta con registro de la joven, se la vio nuevamente en el centro de Salta. A las 4.20 de la madrugada le tocó el timbre a Paula Lobo sobre la avenida Tavella. Le pidió un lugar para pasar la noche y la mujer se lo negó. La nota como “narcotizada”.
Nuevamente, María Cash fue visualizada ese mismo día por un empleado de una estación de servicio YPF en Güemes, cerca de la rotonda Torzalito en tres horas diferentes: a las 10, a las 12 y a las 15. Jesús Brito volvió a verla a las 12 y luego a las 14.30 haciendo dedo frente a la misma estación. Afirmó que la joven estaba limpia y que tal vez se había higienizado en el lugar.
Mas o menos a esa misma hora, el policía Luis Pérez la vio mientras camina hacia salta. Ella se le acercó y le consultó dónde quedaba la rotonda que iba a Tucumán. La notó desorientada.
Minutos después, María Cash se subió a la camioneta de la familia Casuarano. También la notaron confundida, "como drogada". Jesús Brito la volvió a ver otra vez mientras hacía dedo en la rotonda de Torzalito.
Andrés Reyes Castro, empleado de la estación YPF de la zona, habló con ella. “No me mires, no estoy loca ni perdida”, le dijo la joven. René “Tucho” Torres la vio mientras zigzaguea sobre la ruta 34 y se subió a un camión color blanco con un acoplado que decía “Catita”.
Se trataba del vehículo de Héctor Romero, el único detenido por el caso. Son cerca de las 16. Según contó el hombre, manejó por media hora hasta que la joven le habría pedido que parase. Este es el último registro que se tiene de la diseñadora.
Romero era por entonces el conductor de un camión que transportaba mercadería entre Salta, General Güemes y Joaquín V. González. Las múltiples contradicciones en sus declaraciones, sumadas a las sospechas surgidas de otros testimonios y el análisis de datos telefónicos, lo posicionan como el principal sospechoso en el caso.
El hombre ofreció tres versiones diferentes sobre su encuentro con María Cash. En su primera declaración, el 14 de julio de 2011, afirmó que la joven subió a su camión en la rotonda antes de ingresar a General Güemes y que la dejó en la finca El Estanque, sobre la ruta 9/34.
Dos semanas después, el 28 de julio, cambió su versión y ubicó el encuentro en el paraje Palomitas. Ocho años más tarde, el 28 de agosto de 2019, ofreció una nueva ubicación: la gruta de la Difunta Correa, también sobre la misma ruta. Finalmente, afirmó haber dejado a Cash cerca de una gomería antes de la Difunta Correa.
Además de estas inconsistencias, Romero mostró imprecisiones al describir aspectos como la vestimenta y el comportamiento de María durante el trayecto. La describió de abajo hacia arriba y señaló "sus botas" y "su pantalón".
Cuando se le preguntó sobre las declaraciones de su hermano, David Romero, quien señaló que "si Héctor se había mandado una macana, que se haga cargo", Héctor aseguró desconocer las razones de tal afirmación y sostuvo que nunca discutió el caso con su familia, pese a tener diez hermanos y mantener reuniones frecuentes.
Otro punto crítico en la investigación es el análisis de las demoras en los viajes de Romero el día de la desaparición de María Cash y un mes después. Los registros de antenas de telefonía celular revelaron inconsistencias que Romero justificó con desperfectos mecánicos en el camión, una explicación que no fue respaldada por otros testigos, incluidos compañeros de trabajo y familiares.
"Todo indica que Romero le quitó la vida a María Cash e hizo desaparecer el cuerpo", señalaron fuentes ligadas al caso. Mientras tanto, las horas finales y la desaparición de la joven se mantienen como un misterio.
Los investigadores pudieron reconstruir parte de lo que hizo el conductor el 8 de julio de 2011 tras el análisis del impacto de su celular en las diferentes antes de la zona y de su registro y actas laborales.
El 8 de julio de 2011
15:54: Héctor Romero salió de General Güemes con destino a Joaquín V. González (JVG).
18:42: El registro de impactos de antenas indica que Romero llegó a la localidad de JVG, tras un viaje de 2 horas y 47 minutos desde General Güemes.
19:15: Según las planillas del supermercado Miguelito en JVG, Romero llegó a descargar mercadería, y generó una discrepancia de 33 minutos entre su ingreso a JVG (18:42) y su llegada al supermercado, ubicado a solo 1.5 km, una distancia que normalmente se recorre en 5 minutos.
22:00: Romero declaró que terminó la descarga en el supermercado y partió hacia General Güemes. Sin embargo, el registro de su línea telefónica muestra que a las 21:07 impactó en una antena al salir de JVG, adelantando su partida en casi una hora.
00:30 (9 de julio de 2011): Romero declara que llegó a General Güemes, y marcó un tiempo total de regreso de 3 horas y 23 minutos. Este período excede los 2 horas y 30 minutos que había mencionado inicialmente, y abrió otra ventana temporal de aproximadamente una hora sin explicación.
8 de agosto de 2011 (un mes después de la desaparición de María Cash)
