El hermano detalló además que Eun sufría de depresión y problemas respiratorios, una combinación que, sumada a la exigente tarea de cuidar sola a su hijo con necesidades especiales, la había llevado al límite. “Ella decía que no quería vivir más”, afirmó Claudio en su desgarrador testimonio. Relató también que la mujer se encontraba exhausta emocionalmente, y que cada tarde él solía llamarla para asegurarse de que todo estuviera bien. La falta de respuesta el día del hallazgo fue lo que motivó su visita al departamento familiar.
El hallazgo: una escena sin signos de violencia pero con muchas preguntas
Al llegar al lugar, Claudio se encontró con una escena desoladora: su hermana y su sobrino yacían sin vida. Aunque no se han revelado públicamente las condiciones exactas en las que fueron hallados los cuerpos, sí se confirmó que no había signos de violencia externa ni indicios de que la puerta de entrada hubiera sido forzada.
Sin embargo, hay elementos del caso que generan incertidumbre en los investigadores. Claudio declaró que, luego del hallazgo, retiró una bolsa y un cable que estaban sobre el cuerpo de su hermana, elementos que podrían haber sido clave para determinar las causas precisas de la muerte. Su acción, aunque aparentemente impulsiva y basada en el shock del momento, podría haber alterado la escena del crimen, complicando la tarea pericial.
Otro dato llamativo es que Claudio sacó del departamento a su madre y la llevó hasta una cafetería que la familia atiende en la zona. Esto abre un interrogante inquietante: ¿Estuvo la abuela presente durante el momento en que ocurrieron las muertes? ¿Pudo haber presenciado algo que aún no fue relatado? Por el momento, no se han conocido declaraciones públicas por parte de ella, y no se sabe si su testimonio ya fue incorporado al expediente.
El peso del silencio en la comunidad surcoreana
La comunidad surcoreana en Argentina, aunque relativamente pequeña, suele mantener un perfil bajo y estar muy unida. En este contexto, la noticia del fallecimiento de Eun y su hijo sacudió profundamente a sus miembros, que ahora se encuentran brindando apoyo a la familia Ku. Muchos coinciden en señalar que la mujer no recibía ayuda formal del Estado y que su situación, tanto en lo económico como en lo emocional, era muy compleja.
El caso pone en evidencia la falta de redes de contención para mujeres migrantes que atraviesan situaciones de salud mental y soledad. En particular, Eun enfrentaba una triple carga: la crianza de un hijo con una condición del espectro autista, sus propias enfermedades, y la ausencia del padre del niño, que seguía viviendo a miles de kilómetros de distancia.
Las hipótesis que maneja la Justicia
Hasta el momento, los investigadores manejan como principal hipótesis un filicidio seguido de suicidio, una figura penal y psicológica muy poco frecuente pero no inexistente. Los indicios recogidos, el contexto de depresión y la falta de intervención de terceros en el domicilio refuerzan esa teoría.
No obstante, el fiscal Mariano Orfila ha decidido no cerrar ninguna línea de investigación, a la espera de los resultados toxicológicos, forenses y de las pericias psicológicas que se le realizarán tanto al entorno de la mujer como al menor.
La causa fue caratulada inicialmente como "averiguación de causales de muerte", un rótulo que permite a los investigadores avanzar sin restricciones en diferentes direcciones.
¿Pudo haberse evitado?
La pregunta que sobrevuela entre vecinos, conocidos y hasta autoridades judiciales es tan común como dolorosa: ¿Era posible evitar esta tragedia?. La situación de Eun no era desconocida por sus allegados, y el propio Claudio admitió que ella había verbalizado su desesperación en múltiples ocasiones.
Esto pone sobre la mesa la necesidad de mayor presencia estatal en casos de salud mental, sobre todo cuando se trata de madres solteras con hijos neurodivergentes y sin redes de apoyo estables. La historia de Eun no es única, y quizás por eso ha resonado tan fuerte entre los vecinos de Caballito y en las redes sociales, donde muchas personas compartieron mensajes de solidaridad pero también de indignación por la invisibilidad de estos casos.
El dolor de una despedida sin respuestas
Los restos de Eun Hye Ku y su hijo Yoonsuk Ko serán velados en la intimidad, según se informó, por decisión de la familia. Mientras tanto, el departamento de Galicia al 900 permanece cerrado, a la espera de más diligencias judiciales.
Vecinos colocaron flores blancas y mensajes escritos en coreano y español en la puerta del edificio, en señal de respeto y duelo. Uno de ellos decía: "Que encuentren la paz que aquí no pudieron tener".
El caso sigue abierto y conmoviendo a una ciudad que, más allá de los tecnicismos judiciales, intenta comprender el abismo en el que cayó una madre que ya no pudo sostenerse a sí misma, ni a su hijo.