Elecciones 2023

Elecciones: el mapa político argentino puede traer un dato inédito desde el regreso de la democracia

El peronismo perdió en bastiones clave y Juntos por el Cambio empieza a pintar de amarillo muchas provincias. Cómo queda cada distrito y qué puede pasar en los comicios que faltan.
Pablo Winokur
por Pablo Winokur |
Los gobernadores posaron en 2023. ¿Cómo quedará el mapa en 2024? (Foto: NA).

Los gobernadores posaron en 2023. ¿Cómo quedará el mapa en 2024? (Foto: NA).

En 1983, 12 provincias eran gobernadas por el Partido Justicialista, 7 por la UCR, 3 por partidos provinciales; 2 distritos aún no elegían gobernadores (Tierra del Fuego y Caba). Desde entonces pasó mucha agua abajo del puente en la Argentina. En 1987, la UCR perdió las elecciones y el peronismo recuperó casi todas las gobernaciones excepto 2 y así la cosa fue oscilando. Solo en 1999, con la presidencia de De la Rúa, la Alianza volvió a tener 7 gobernaciones.

Después de la crisis de 2001 el mapa argentino fue hegemonizado por el peronismo y sus aliados. En algunos casos fueron radicales K que se aliaron al gobierno de Néstor Kirchner. Cuando en 2015 Mauricio Macri llegó a la presidencia, solo 4 distritos eran gobernador por Cambiemos: el resto del mapa era del peronismo.

A partir de 2023 se puede dar una situación inédita. Si se repitiera el resultado de las PASO en las provincias que tuvieron internas, la oposición de Juntos por el Cambio pasaría a tener 7 gobernaciones; se descuenta que ganará en Caba con lo cual quedará en 8, un número récord para un espacio no peronista.

Además, JxC es competitivo en Chubut (se vota el 30 de julio, donde Nacho Torres aparece como favorito), en Entre Ríos (donde compite Rogelio Frigerio) y en la provincia de Buenos Aires.

En cambio, el peronismo aparece como favorito en Catamarca y Santa Cruz.

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¿Qué va a gobernar el peronismo?

Según los últimos resultados, por ahora el peronismo solo va a gobernar seguro en 2024 en 5 provincias:

  • La Pampa
  • Formosa
  • Santiago del Estero
  • La Rioja
  • Tierra del Fuego (gobierna una coalición liderada por un radical K)

Si se suman Catamarca y Santa Cruz llegaría a 7. Y si ganara en Buenos Aires y Entre Ríos a 9. El piso histórico del peronismo había sido en 1983 -como se decía antes- donde gobernaba en 12 provincias.

Más allá de las sumas y restas, el escenario político que viene va a ser complejo para cualquiera que gane la Nación. El próximo presidente se va a encontrar con un mapa nacional completamente fragmentado, donde conviven mandatarios peronistas de muchos años, con gobernadores nuevos y muchos partidos provinciales con intereses eminentemente locales.

Para el peronismo -si gana la elección presidencial- esto va a ser un problema: están acostumbrados a gobernar con una plena mayoría en el mapa país.

Para la oposición -si llega al poder- puede ser una ventaja: se encontrará con un escenario único que ni siquiera se dio en 1983, año del regreso a la democracia.

Es cierto que los partidos provinciales en muchos casos son de extracción peronista. Así queda cuando se mira un poco más con lupa

  • Hacemos por Córdoba (el peronismo de Schiaretti)
  • Juntos Somos Río Negro.
  • Movimiento Popular Neuquino (en realidad ganó Rolando Figueroa que se separó de su partido y creó un nuevo espacio apoyado por sectores del PRO)
  • Partido Identidad Salteña (de Salta, encabezado por Gustavo Sáenz, hombre de Sergio Massa).
  • Frente Renovador de la Concordia (Misiones, alianza con radicales).

Estos dos últimos especialmente son muy cercanos al Frente de Todos. Pero en el caso de los misioneros también votaron todo cuando Macri era presidente. Pueden ser aliados circunstanciales de unos y otros. Lo mismo se repite con los otros espacios.

También en Tierra del Fuego puede haber sorpresas si llega a haber un cambio de signo. El actual gobernador Gustavo Melella es de Forja (radical K). Es un partido que está preparado para cambiar en caso de que las reglas de juego sean otras.

Un cambio de época con destino incierto.

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