Aunque a simple vista pueden parecer molestos o innecesarios, los hilitos (fibras vasculares) de la banana tienen una función clave en la fruta y también aportan beneficios para el cuerpo.
Aunque suelen ser descartados, las fibras vasculares de la banana son una parte nutritiva del fruto.
Aunque a simple vista pueden parecer molestos o innecesarios, los hilitos (fibras vasculares) de la banana tienen una función clave en la fruta y también aportan beneficios para el cuerpo.
Cada vez que pelás una banana, seguramente veas esos filamentos finos y alargados que quedan pegados entre la cáscara y la pulpa. La mayoría de la gente los saca casi por costumbre, como si no formaran parte de la fruta. Pero lo cierto es que esos hilitos cumplen una función biológica importante y también son buenos para la salud.
En términos técnicos, se llaman fibras vasculares. Actúan como canales de transporte dentro de la fruta: llevan agua, azúcares y otros nutrientes desde la planta hacia el interior de la banana durante su desarrollo. Son, literalmente, las “venas” del fruto.
Conviene comerlos porque aportan nutrientes similares, incluso superiores a los de la pulpa:
Fibra dietética, que favorece la digestión y ayuda a regular el tránsito intestinal.
Pequeñas cantidades de potasio, vitamina B6 y antioxidantes, que complementan el valor nutricional de la fruta.
Al estar protegidos por la cáscara, suelen tener menor exposición a pesticidas que otras partes del fruto.
Si te resultan molestos por su textura más fibrosa, podés sacarlos sin culpa. Pero si estás buscando formas simples de sumar fibra y aprovechar al máximo tus alimentos, dejarlos puede ser una buena idea. No afectan el sabor, no tienen contraindicaciones y son parte natural del fruto.
Más allá de los hilitos, la banana en su conjunto es una de las frutas más completas y versátiles. Entre sus beneficios más conocidos se encuentran su alto contenido de potasio, esencial para la presión arterial, los músculos y el sistema nervioso; vitamina B6, clave para el metabolismo y la producción de neurotransmisores; vitamina C y antioxidantes, que protegen las células del estrés oxidativo; efecto saciante, ideal para consumir entre comidas o antes de entrenar; y almidón resistente (cuando está verde), que actúa como prebiótico y favorece la microbiota intestinal.