La joven declaró ante las autoridades que el novio le dijo que él podía
"hacer lo que ella quisiera" y que le ofreció 100 dólares para que lo
besara "como si de verdad lo amara". Todo esto, a pocos metros de su
esposa Kayla y todos sus seres queridos.
La moza se negó, pero la situación se volvió más violenta. Aimers le insistió
y la siguió hasta el baño de mujeres. Una vez allí, la empujó en uno de los
cubículos, la tocó y le mostró sus genitales. La adolescente logró escapar.
Pero esta no fue la única agresión denunciada en la boda. Durante la
fiesta, la policía de Northampton Township recibió la llamada de uno de los
invitados para que fueran al lugar. El hombre advirtió que el novio estaba muy
violento y que empujaba a los trabajadores del catering.
Cuando los policías llegaron al salón, los empleados les explicaron que
Aimers los había golpeado porque no le permitieron ingresar alcohol ajeno al
evento. Y cuando lo quisieron detener, el recién casado los invitó a pelear
porque no quería subirse al patrullero. Hasta intentó escapar y tomarse un
colectivo para irse a su casa.