Aquel día, un hombre identificado como Federico Maximiliano Berardo se dirigió hasta el concesionario de autos propiedad de su amigo Mauro Abel Martínez, ubicado en la esquina de Juan B. Justo y Palazzo, en las inmediaciones del estadio del club Guillermo Brown de Madryn, para hablar con él.
Ambos comenzaron a discutir hasta que Martínez le arrojó una silla a su amigo, aunque sin causarle lesiones. En ese momento los dos salieron a toda velocidad del local hasta que en un momento, el agresor insólitamente arrojó una piedra hacia su rival, pero pifió y golpeó su propia camioneta, una Volkswagen Amarok oscura, que estaba estacionada sobre la calle Juan B. Justo.
Martínez se dirigió en ese momento hasta una camioneta Peugeot modelo 504 de color blanco, propiedad de Berardo, se subió con un palo y comenzó a romperla.
Le dañó el parabrisas, la luneta, una puerta y el techo. Luego sustrajo la llave y una mochila con un celular, una campera y la documentación personal perteneciente a su amigo.
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Su amigo reaccionó así “por un problema de cinco gallinas y un gallo”
En las imágenes del video la primer es la agresión contra la camioneta blanca. En la segunda, filmada por otro testigo, se vio un detalle que llama la atención: tras atacar el vehículo de su amigo, Martínez golpeó con el mismo palo su propia camioneta Amarok. Le rompió un espejo retrovisor y luego se fue de la escena. Berardo miraba desde lejos.
Cuando todo terminó, cerca del mediodía, el dueño de los huevos se dirigió a la Policía para hacer la denuncia. Allí, explicó los increíbles motivos que desataron la ira del comerciante.
Según declaró, su amigo reaccionó así “por un problema de cinco gallinas y un gallo”. Al parecer, Martínez quería huevos y como Berardo le dijo que no podía “porque los tenía en una incubadora”, comenzó con el ataque primero verbal y luego a la camioneta. “Siempre lo mismo”, le habría dicho el agresor al dueño de la Peugeot antes de la agresión.
La Policía revisó todos los autos para ver si encontraban los objetos de Berardo. Además, el fiscal ordenó el secuestro de las filmaciones del lugar para ver si hay imágenes que permitan esclarecer cómo fue la secuencia. Pero el objetivo es recuperar las pertenencias del propietario de los huevos y las cinco gallinas.