El podio de los silencios incómodos
¿Dónde se sienten más estos segundos eternos? El podio argentino está liderado por los silencios en el ascensor, con un abrumador 76% de menciones. Allí, la conversación sobre el clima se convierte en el salvavidas infalible: “Parece que va a llover”, “no se aguanta el calor” o “dicen que baja la temperatura” son frases comunes para romper el hielo, o el silencio.
El segundo puesto se lo disputan dos extremos emocionales: los funerales y las primeras citas, ambos con el 72%. En el primer caso, por la solemnidad del momento; en el segundo, por la presión de causar una buena impresión. También con ese porcentaje aparecen las rupturas amorosas, en las que las palabras suelen escasear mientras el ambiente se carga de tensión.
Otros espacios donde el silencio se vuelve protagonista: ¿con quiénes se hace más difícil callar?
Además, los argentinos también señalan como incómodos los silencios en:
- conversaciones casuales con desconocidos (68%)
- durante situaciones de conflicto (64%)
- charlas importantes en pareja (61%),
- al hablar en público (60%)
- en reuniones laborales, tanto presenciales (56%) como virtuales (55%).
- diálogos con jefes (39%)
- familiares lejanos o suegros (27%)
El nivel de incomodidad también varía según la edad y el género. La Generación Z es la más afectada por el silencio: un 45% de los jóvenes entre 18 y 25 años lo sufre especialmente en primeras citas. En el ámbito de pareja, los hombres resultan ser los más sensibles: el 21% se incomoda en momentos sin diálogo, frente al 12% de las mujeres.
En definitiva, el estudio confirma algo que muchos ya intuíamos: en Argentina, el silencio no es salud... al menos, no por más de seis segundos.