Nació en el barrio de Caballito, era hija de inmigrantes asturianos, Pedro Traveso y María Ángela Pérez.
Desde los cuatro años demostró su interés por la actuación y a los cinco hizo su primera presentación en el Centro Asturiano de Buenos Aires. En su niñez estudió danzas españolas, pintura, dibujo, canto, piano, e idiomas como francés, alemán e inglés. Lideró Los Arribeños del Norte, una pandilla de niños que representaba pequeñas obras teatrales en el sótano de la casa de un tío.
Antes de llegar a ser Niní Marshall, por los años 30, fue Mitzy, una crítica de programas en la revista Sintonía; e Yvonne D' Arcy, cancionista internacional, en una serie de programas radiales.
Su apodo "Niní" surge de "Marinina", el nombre con el que su familia la llamaba de pequeña. Su apellido une la primera sílaba del nombre y el apellido de su marido (Marcelo Salcedo) al que se le agregó una «h» y una «l» formando Marshall.
Sus dotes para la comedia la llevaron a participar como actriz y formar un dúo cómico con el actor Juan Carlos Thorry. Su popularidad fue en aumento y se convirtió en actriz protagónica y guionista en la película Mujeres que trabajan (1938), comenzando así su imparable carrera cinematográfica.
Catita y Cándida, sus personajes emblemáticos
Catita fue una mujer típica de conventillo proveniente de una familia italiana, también creado a partir de su trabajo con Juan Carlos Thorry en Radio El Mundo. Saludaba con su particular "As noche Thorry. As noches muchachos", "Catalina Pizzafrola, a sus pieses… Desde hoy, una amiga más", una serie de modismos que se convirtieron en su sello. Catita era la voz popular, la del inmigrante italiano que tenía ingenuidad y malicia al mismo tiempo. Es todavía el personaje por el que más se la conoce, incluso al punto de haber superado a su propio nombre. Para muchos Niní es Catita.
Cándida Loureiro Ramallada era una empleada doméstica gallega que se expresaba de manera errónea, un poco a la manera de Catita. Tenía el arco narrativo de los inmigrantes (en este caso españoles): la esperanza, la tristeza del exilio, la pujanza y las contradicciones propias de ser nueva en un territorio ajeno.
Pero su enorme creatividad parecía no agotarse nunca. Muchos otros personajes formaron parte de su obra, como "Doña Pola", estereotipo de la colectividad judia; "Mónica Bedoya Hueyo de Picos Pardos Sunsuet Crostón", típica mujer de clase alta y superficial; "Niña Jovita", una solterona pasada de moda; "Gladys Minerva Pedantoni", la alumna más aplicada de la clase; "Doña Caterina", la abuela italiana de Catita que hablaba en cocoliche, "Don Cosme", un italiano de voz ronca, "Lupe", una joven sufrida y maltratada por su esposo, "Belarmina Cueio", una joven provinciana y empleada doméstica de la Niña Jovita, "Loli", una actriz y cupletista pasada de moda, "Mingo", el hermano travieso de Catita y "Bárbara Mc Adam", una mujer refinada y extravagante estereotipo de la clase alta mexicana.
La filmografía de Niní Marshall
Luego de su éxito inicial, en solo tres años -entre 1939 y 1941- hizo nueve filmes, además de escribir ella misma los guiones de sus personajes.
Otra películas en que participó fueron "Divorcio en Montevideo" (1939), "Luna de miel en Río" y "Casamiento en Buenos Aires" (1940), las tres de Romero, más "Hay que educar a Niní" (1940), "Orquesta de señoritas" (1941), "La mentirosa" (1942), "Carmen" (1943), "Madame Sans Gene" (1945), "Mosquita muerta" (1946) y "Una mujer sin cabeza" (1947), todas dirigidas por Amadori, "Buenos Aires canta" (Antonio Solano, 1947), "Porteña de corazón" (Romero, 1948).
A fines de los años 40 viajó a España, donde rodó "Yo no soy la Mata Hari" (Benito Perojo, 1949), y a México, para filmar "Una gallega en México" (Julián Soler, 1949), "Una gallega baila mambo" (Emilio Gómez Muriel, 1951), "Los enredos de una gallega" (Soler, 1951), "La alegre casada" (Miguel Zacarías, 1951), "Amor de locura" (Rafael Baledón, 1953), "Una gallega en La Habana" (René Cardona, 1956).
A su regreso a la Argentina Niní se volcó a la radio con frecuentes viajes entre Buenos Aires y Montevideo, e incursionó en TV con los programas como "Philco Music Hall", "Esas cosas de Niní", "Cosas de mamá y papá" y "Sábados circulares", conducido por Pipo Mancera, hasta hacer alguna participación especial en "El mundo de Antonio Gasalla" (1988).
Sus últimas apariciones en el cine argentino fueron en "Ya tiene comisario el pueblo" (Enrique Carreras, 1967), con Ubaldo Martínez, "La novela de un joven pobre" (Enrique Cahen Salaberry, 1968), con Leo Dan, "Vamos a soñar con el amor" (Carreras, 1971) y "¡Qué linda es mi familia!" (Palito Ortega, 1980), con Ortega y Luis Sandrini.
Como parte de los homenajes, el canal Volver emitirá a las 13 horas su unipersonal “Y se nos fue de repente”, conmemorando un nuevo aniversario de su nacimiento.