El testimonio del futbolista no tardó en generar repercusiones y desde Turquía no dejaron pasar las declaraciones. A través de un comunicado oficial, el Fenerbahce desmintió tajantemente la acusación y anunció que iniciará acciones legales.
"La distorsión de los hechos por parte del deportista sobre el tratamiento que se le aplicó tras un problema de salud que experimentó constituye un intento de dañar la reputación de nuestro club", explicó la institución en el escrito difundido en sus canales oficiales.
El club azul y amarillo advirtió que no permitirá que se ensucie su imagen: "Como club, queremos informar al público que haremos uso de todos nuestros derechos legales contra cualquier declaración engañosa o distorsionada sobre nuestra reputación corporativa."
Este cruce público entre Saint-Maximin y el Fenerbahce abre un nuevo capítulo en la ya conflictiva estadía del francés en el fútbol turco. Si bien su relación con Mourinho parecía ser respetuosa, el jugador dejó en claro que las situaciones vividas dentro del club lo marcaron profundamente, tanto desde lo profesional como desde lo personal.
El caso ahora podría escalar a instancias judiciales, ya que el club anunció que avanzará legalmente para defender su nombre. Mientras tanto, Saint-Maximin continúa su carrera en la Saudi Pro League, lejos del ruido que provocó su explosiva confesión.
Por lo pronto, el escándalo está instalado y las próximas semanas serán clave para conocer cómo evoluciona este enfrentamiento que expuso las tensiones internas en uno de los clubes más importantes de Turquía.