Cuando Neil Armstrong puso un pie en la luna, el 20 de julio de 1969, pronunció una frase que quedaría en la historia: «Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad».
Cuando Neil Armstrong puso un pie en la luna, el 20 de julio de 1969, pronunció una frase que quedaría en la historia: «Es un pequeño paso para un hombre, pero un gran salto para la humanidad».
Miles de personas veían en sus televisores de baja resolución, en blanco y negro, a un hombre en un traje blanco abultado caminar por ese satélite natural que desde la Tierra parecía inalcanzable. Todo esto en medio de una guerra fría que los soviéticos habían aventajado, fueron los primeros en enviar un hombre al espacio. De hecho, con la misión Sputnik, fueron los primeros en enviar un artefacto construido por un ser humano al espacio.
Esto, a los estadounidenses no les hacía quedar bien. La carrera espacial estaba siendo ganada por los soviéticos y, con esto, la guerra por el poder tecnológico. Desde allí empiezan las dudas de los escépticos que aseguran que todo se trató de un montaje para cubrir la humillación que la Unión Soviética les estaba haciendo. Además, los seres humanos tendemos a crear teorías conspirativas de casi todo lo que no podemos explicar.
Por eso te contestamos algunas preguntas que certifican a los libros de historia: Sí, el hombre fue a la luna.
La bandera estadounidense está sostenida por una escuadra que le permite permanecer erguida. Además, fue hecha de un material, con arrugas y dobleces, para dar la impresión que ondea.
El gobierno de Estados Unidos y la NASA querían la imagen, el simbolismo de que su país había ganado la carrera por el espacio.
Había tecnología para llegar a la luna, pero todavía no había tecnología para tomar buenas fotografías. A esto se le suma el brillo de la superficie lunar con la luz del sol. Las estrellas estaban, pero no se podían ver a través de las imágenes por la resolución en la oscuridad.
Todavía pasa que con un celular común no podemos hacer fotografías de un cielo estrellado aunque lo tengamos frente a nuestros ojos.
Esas extrañas sombras son solo desniveles en el terreno lunar, además del equipamiento de los astronautas durante la misión.
El Eagle pesaba más o menos 1,5 toneladas, ese es un peso muy bajo para abrir un cráter, sobre todo en una superficie principalmente rocosa. Por otra parte, el aterrizaje no fue violento. El módulo se posó con suavidad, de haberlo hecho con violencia, los astronautas no hubieran sobrevivido al impacto.