El otro gran aporte es la propia figura del faraón descubierto. Tutmosis II, el último de las tumbas de emperadores perdidas pertenecientes a los monarcas egipcios de la XVIII Dinastía, la más relevante de la historia.
Un descubrimiento excepcional en 100 años
El descubrimiento tiene muchas facetas tan emocionantes como importantes. La dinastía XVIII la integran los faraones que gobernaron Egipto entre los años 1575 y 1295 a. C., aproximadamente. Es el periodo de máximo esplendor de la civilización faraónica, así como un momento de gran expansión territorial
Su padre, Tutmosis I fue el primer faraón enterrado en lo que se conoce como el Valle de los Reyes, en Egipto. Tutmosis II, su hijo, marcó una época desde el casamiento con su media hermana, Hatsheput. En realidad fue su esposa la que llevó adelante el reinado porque Tutmosis era menor de edad cuando heredó el trono. De la misma dinastía es Akenatón, casado con Nefertiti.
Fue el primer faraón que impuso una religión monoteísta: con Amón Rá, el dios sol. Y Tutankamon, su hijo, que fue débil y enfermizo. Pero su mérito en la historia se lo debe por completo a los exploradores ingleses que, en el siglo XIX encontraron su tumba, intacta, con una máscara de oro que estuvo a salvo de los depredadores de los tesoros en el valle de los reyes.
En el caso de Tutmosis II, su tumba fue encontrada en muy mal estado, afectada por inundaciones provocadas por lluvias torrenciales. Aunque en Luxor las precipitaciones son poco frecuentes, cuando ocurren pueden causar graves daños en las tumbas . Se cree que, pocos años después de su muerte, la tumba fue vaciada y su entierro trasladado. Por eso el hallazgo tiene gran importancia.
Comenzando con las inscripciones en las paredes y los fragmentos de artefactos que han confirmado que la tumba perteneció al faraón Tutmosis II. Los responsables del hallazgo de la tumba dijeron al momento de confirmar que sí, es la tumba de un antepasado de Tutankamón:
“El hallazgo es relevante porque ayudará a aumentar nuestro conocimiento sobre la práctica funeraria real y el funeral de estado en el antiguo Egipto durante la última edad de bronce "(alrededor de 1550-1070 a. C.)
Otro aporte de este descubrimiento es que permitirá conocer más sobre una circunstancia excepcional de la época de los faraones más importantes en Egipto. Como Tutmosis II era menor, fue su mujer la que gobernó en realidad, la reina Hatshepsut.
Hasta ahora, no se habían encontrado objetos funerarios asociados directamente con Tutmosis II. Sin embargo, en los fragmentos de un jarrón de alabastro hallado en la tumba, aparece su nombre junto al epíteto "maa-kheru" ("justo de voz", un título reservado a los difuntos), acompañado del nombre de Hatshepsut, lo que sugiere que fue ella quien se encargó personalmente de su entierro.
Otra tumba inviolable
Aunque no tenga las maravillas en oro que la de Tutankamón, tienen en común este importante aspecto: la tumba clasificada como C4 permaneció siglos inviolable. “La gente ha estado buscando nuevas tumbas desde 1922 y no se sabía nada sobre el lugar de enterramiento de Tutmosis II”, dijeron sus descubridores
Según Litherland, uno de ellos, “la tumba está ahora completamente despejada y hay amplias pruebas de que nunca fue robada”.
“La tumba C4 no tenía signos de profanación. No había rastro de ninguno de los elementos esenciales del ajuar funerario. Sin embargo, entre los pocos elementos encontrados había una vasija. Sirvió para confirmar que efectivamente se había producido un entierro.
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El cartucho de jeroglíficos que permitió entender que era la tumba de Tutmosis II. (Foto: gentileza El independiente)
Es la primera tumba real conocida encontrada en Luxor desde el descubrimiento de la tumba de Tutankamón. Otras tumbas reales se encontraron en el Delta, en un yacimiento llamado Tanis, a finales de la década de 1930 y principios de la de 1940. Sin embargo, estos descubrimientos se vieron eclipsados por las noticias de la Segunda Guerra Mundial en Europa”
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La entrada a la tumba del faraón Tutmosis II. Hace 100 años, Carter descubre la máscara de oro de Tutankamón. (Foto: A24.com)
Ahora, este hallazgo puede aportar nuevos datos sobre los rituales de los entierros de los faraones y las características de la dinastía más importante del antiguo Egipto.