Misterio arqueológico

Desenterraron a dos momias milenarias y el descubrimiento desconcierta a los científicos

Al examinar dos momias de 14.000 años de antigüedad, los científicos hallaron un elemento clave en la estructura de sus cuerpos que los mantiene intrigados.

Roberto Adrián Maidana
por Roberto Adrián Maidana |
Las momias de Takarkori guardan un misterio que desvela a la ciencia. (foto: Gentileza UniRoma)

Las momias de Takarkori guardan un misterio que desvela a la ciencia. (foto: Gentileza UniRoma)


El desierto del Sahara, en África, guardó durante miles de años un secreto que ahora desvela a los científicos. Hoy es una de las regiones más inhóspitas del planeta, pero entre 15.000 y 5.000 años de antigüedad era un lugar muy diferente: tenía los recursos necesarios como para la vida humana en plena evolución. Era una sabana verde durante el Período Húmedo Africano, con masas de agua que promovieron la vida. Fue así que científicos encontraron entre la arena de hoy - una llanura verde hace más de 5.000 años - restos momificados de seres humanos.

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En concreto, estaban en lo que es llamado como "el refugio rocoso de Takarkori", en lo que hoy es Libia. Sus restos momificados se preservaron naturalmente. Pero cuando los científicos, arqueólogos y antropólogos los analizaron con los medios más modernos de investigación, llegaron a una conclusión asombrosa: poseen una estructura del ADN única, propia. No es compatible con el genoma del "Homo Sapiens Sapiens", es decir, el hombre moderno.

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¿Qué significa esto? ¿Un linaje diferente al del hombre vivió en la tierra?

Todo fue una serie de hallazgos asombrosos. En ese lugar, pleno desierto, sin necesidad de grandes excavaciones, aparecieron los restos de 15 personas. Dos de ellos, estaban momificados naturalmente, conservaban hasta estructuras que fueron líquidas hace 6.000 años. Se determinó que eran dos ejemplares femeninos, pero la sorpresa mayor llegó al examinar el ADN (ácido desoxirribonucleico) que guarda el mapa genético de las especies.

Al analizarlo, los científicos entraron en una confusión absoluta. No es compatible esa cadena genética con la del hombre moderno y tampoco con un humanoide de esa época: el "hombre de neanderthal". Las dos momias de Takarkori tenían unos 6.000 años de antigüedad, coetáneos de Neanderthal y del Homo Sapiens Sapiens (nosotros), pero con su propio perfil genético.

Esto llevó a una única conclusión. En ese lugar del África - el continente del que surgieron los homínidos, nuestra evolución (el homo Sapiens Sapiens) convivió con esa especie, diferente.

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Las momias de Takarkori, con una estructura genética diferente al ser humano actual. (foto: Revista Nature)

Las momias de Takarkori, con una estructura genética diferente al ser humano actual. (foto: Revista Nature)

Publicaron sus conclusiones en la revista "Nature":La mayoría de la ascendencia de los individuos de Takarkori proviene de un linaje genético norteafricano previamente desconocido que divergió de los linajes del África subsahariana.

Esa especie diferente permaneció aislado durante la mayor parte de su existencia. Ambos individuos de Takarkori están estrechamente relacionados con la ascendencia documentada por primera vez en recolectores de hace 15.000 años de la cueva de Taforalt, Marruecos. Es decir, no son "descendientes" de los homínidos encontrados en el África Subsahariana, por la familia Leakey o Donald Johanson.

Para que esto sea posible, una línea tradicional de la antropología puede cambiar de modo irremediable.

El cordón verde sahariano fue un separador y no un puente para la humanidad

Hasta ahora, se creía que el espacio verde que atraviesa África en el centro actuó como un lugar de paso y de intercambio entre los diferentes homínidos, antepasados del Hombre. Gracias a la agricultura, alrededor de 10.000 años A.C., estas especies pudieron hacerse sedentarios. E intercambiarse desde el punto de vista evolutivo. Pero las momias de Takarkori parecen demostrar lo contrario.

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Según el ADN de las momias de Takarkori, la pradera subsahariana no habría sido un lugar de intercambio entre los

Según el ADN de las momias de Takarkori, la pradera subsahariana no habría sido un lugar de intercambio entre los "homínidos". (Foto:A24)

Lejos de ser un punto de "convivencia", sirvió como una barrera que impidió el contacto entre los homínidos de norte y los del sur africano. Al menos, mientras vivieron los hombres de Takarkori. Alrededor de las momias bien preservadas, encontraron elementos de alfarería, lo que significa que ellos también eran sedentarios. Pero si su ADN, su "mapa genético" es propio y diferente, quiere decir que no tuvieron contacto con los "vecinos del sur".

Las momias de Takarkori muestran diez veces menos ascendencia neandertal que los agricultores levantinos, es decir, tampoco se relacionaron con ellos. Por lo tanto, en ese margen de 5.000 años coexistieron el Hombre de Neandertahl, el de Takarkori y el Homo Sapiens Sapiens (nuestra especie).

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Tres especies convivieron al mismo tiempo en la zona del centro norte de África, pero de manera autónoma. (foto:A24.com)

Tres especies convivieron al mismo tiempo en la zona del centro norte de África, pero de manera autónoma. (foto:A24.com)

Lo que ahora se ve como un desierto, la zona de Takarkori (Hoy, en Libia) fue hace 6.000 años un lugar para la agricultura y el ganado. Allí vivieron los homínidos que, como momias, llegaron hasta nuestros días.