“Ese mismo día mi bebé sufrió una descompensación. Los médicos decidieron cambiarle la medicación a morfina, y ahí comenzó una etapa mucho más dura para nosotros”, explicó la madre.
Días después de ser intubado, Giovanni fue diagnosticado con Klebsiella, una bacteria intrahospitalaria multirresistente que suele afectar a pacientes críticos.
“La jefa de neonatología nos confirmó que la Klebsiella venía del fentanilo. Nosotros ya sabíamos que la tenía, pero no sabíamos cómo se había contagiado hasta que vimos el comunicado oficial de ANMAT que prohibía el uso del lote contaminado”, señaló Sol, con impotencia y preocupación.
Este diagnóstico encendió todas las alarmas, porque la Klebsiella es una bacteria difícil de tratar, capaz de generar infecciones graves y resistencia a múltiples antibióticos. En el caso de Giovanni, su sistema inmunológico aún inmaduro lo convierte en un paciente extremadamente vulnerable.
El caso de Giovanni es solo la punta del iceberg de una crisis sanitaria que ya dejó 33 víctimas fatales en distintas provincias del país. Las muertes se registraron en Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Provincia de Buenos Aires y Santa Fe, generando pánico en la comunidad médica y preocupación entre los familiares de pacientes internados.
La Justicia Federal investiga la distribución de fentanilo contaminado, un opioide de uso hospitalario que se administra principalmente en procedimientos quirúrgicos y terapias intensivas. Tras la confirmación de las muertes, cinco droguerías fueron allanadas en busca de pruebas que permitan determinar el origen del lote infectado.
Según confirmó el Instituto Malbrán, los análisis de laboratorio ratificaron la presencia de bacterias letales en el fentanilo. Esto significa que los pacientes no fallecieron por una reacción adversa al medicamento, sino por infecciones directamente vinculadas a su contaminación.
Hasta el momento, la lista de víctimas asciende a 33 personas, entre ellas adultos con patologías graves y al menos dos menores de edad. La investigación apunta a responsabilidades en la cadena de distribución, que incluye laboratorios productores, droguerías y hospitales que recibieron los lotes afectados.
El Ministerio de Salud de la Nación emitió un protocolo de emergencia para rastrear y retirar de circulación el fentanilo contaminado. Asimismo, los hospitales fueron instruidos para revisar stock, aislar pacientes expuestos y reforzar las medidas de bioseguridad.
Por su parte, la ANMAT mantiene suspendida la utilización del lote sospechoso, mientras los investigadores avanzan en la trazabilidad de los productos. Fuentes judiciales adelantaron que no se descartan imputaciones penales por estrago culposo y homicidio culposo, si se confirma la negligencia en los controles de calidad.
Mientras la investigación avanza, la realidad para familias como la de Sol Basualdo es devastadora. “Mi hijo está luchando por su vida desde que nació. Jamás imaginé que algo así podía pasar en un hospital”, lamentó la joven madre, que pasa largas horas en la clínica, esperando algún signo de mejoría.
El caso de Giovanni no solo expone fallas graves en la cadena sanitaria, sino también el dolor silencioso de decenas de familias que hoy enfrentan la incertidumbre de tener a sus seres queridos en estado crítico.