Alan Jorge Castro, de 33 años, permanece internado en estado crítico tras, aparentemente, pegarse un tiro en la cabeza durante un presunto juego de ruleta rusa.
Alan Jorge Castro, un hombre de 33 años con un largo historial delictivo, pelea por su vida tras haberse disparado en la cabeza en una vivienda de la localidad de Hernández, en las afueras de la ciudad de La Plata. El episodio ocurrió durante la madrugada del domingo, en un contexto todavía bajo investigación, y con fuertes indicios de haber sido parte de un juego de "ruleta rusa".
Según declaró un testigo ante los médicos del Hospital de Gonnet, donde Castro permanece internado en estado crítico, el hombre tomó un revólver, pronunció la frase “vamos a jugar a la ruleta rusa” y se gatilló directamente en la sien.
El herido fue llevado hasta la guardia en una moto por dos personas que se retiraron tras dejarlo. Uno de ellos regresó más tarde para dar su versión de los hechos. Sin embargo, el caso aún presenta importantes interrogantes. La fiscal Virginia Bravo, a cargo de la investigación, ordenó una serie de medidas ante la ausencia de un elemento clave porque el arma utilizada no fue hallada en el lugar del hecho.
Mientras la policía busca dar con las personas que estaban en la vivienda al momento del disparo, la Justicia intenta reconstruir el entorno y el trasfondo del episodio.
Castro no era un desconocido para las fuerzas de seguridad. Su prontuario es extenso y abarca causas penales abiertas desde 2011. Entre ellas, figuran antecedentes por tentativa de robo calificado, tenencia ilegal de armas de uso civil, encubrimiento, resistencia a la autoridad, daño y tenencia simple de estupefacientes. En total, se le atribuyen al menos 14 causas judiciales.
El caso fue caratulado como “averiguación de ilícito y lesiones”, aunque no se descarta que haya nuevas medidas en las próximas horas, en función de lo que surja de los peritajes y testimonios pendientes.
Un violento crimen conmocionó a la ciudad rionegrina de Cinco Saltos el pasado miércoles 25 de junio, cerca de las 17:30. Un hombre de 37 años, identificado como Diego Fasce, fue asesinado de un balazo en la cabeza frente a la Escuela Primaria N° 63, en momentos en que se encontraba junto a un vehículo estacionado. El hecho ocurrió cuando numerosos padres y alumnos salían del establecimiento, lo que generó una fuerte conmoción en la comunidad.
Horas después del ataque, el autor del disparo se presentó de manera voluntaria ante las autoridades y entregó el arma con la que había cometido el homicidio. Según pudo reconstruir la fiscalía, entre ambos existía un conflicto previo.
El asesinado había mantenido una relación con la sobrina del atacante, la cual terminó en marzo de este año. A partir de entonces, la familia de la mujer comenzó a sufrir agresiones y amenazas por parte de Fasce, de acuerdo al testimonio del abogado defensor, Michel Rischmann.
El letrado aseguró que la situación había llegado a tal punto que la sobrina del agresor contaba con medidas de protección, como custodia y botón antipánico. Sin embargo, el acoso habría continuado hasta el día del crimen. Según la versión aportada por la defensa, Fasce se acercó al auto del acusado, lo amenazó con un arma, y le robó el celular y dinero. En medio del forcejeo, el hombre logró desarmarlo y le disparó.
“La víctima representaba un peligro constante para mi cliente y su familia”, sostuvo Rischmann, quien afirmó que su defendido actuó por legítima defensa.
El caso está a cargo del fiscal Leandro López, que ya tomó la confesión del detenido y prevé tomarle ampliación de declaración esta semana. Mientras tanto, la investigación continúa para esclarecer con precisión la dinámica del homicidio y determinar si se trató efectivamente de una reacción defensiva o de un ajuste de cuentas.
