"Siempre pido ayuda a los cargos mayores que está llevando el Estado. A ellos, que no dejen de buscar a mi hijo. La decisión es la esperanza de encontrar a nuestro hijo, lo que sea, vivo o muerto, lo queremos", expresó conteniendo las lágrimas.
El reclamo no es nuevo, pero cobra fuerza cada vez que pasa un día sin respuestas. La familia no se resigna y exige que la investigación continúe con la misma intensidad que tuvo en los primeros días.
El testimonio que podría ser clave en la investigación
Durante la entrevista, Sergio Lapegüe preguntó directamente a Elías qué datos nuevos aportaron a la causa. El padre reveló que, poco después de la desaparición de Lian, escucharon que un hombre estuvo buscando su número de teléfono. Aunque esa persona fue señalada a la Justicia, Elías no tiene certezas sobre si realmente fue investigado ni qué tipo de seguimiento se hizo.
"Escuchamos un hombre que andaba buscando un contacto de teléfono de nosotros después de la desaparición", relató. Aunque lo mencionaron en la denuncia, no se supo más del tema. Este detalle, que para algunos podría parecer menor, cobra relevancia en un caso donde cada dato cuenta.
Elías no ocultó su frustración y mencionó también que los jueces atendieron a la familia recién el 22 de abril, es decir, casi dos meses después de los hechos. La lentitud del proceso suma angustia a una situación ya crítica.
La hipótesis del padre: "Se lo llevaron"
Cuando Mauro Szeta le preguntó directamente qué cree que pasó con Lian, Elías fue claro: cree que su hijo fue llevado por alguien, aunque desconoce el motivo.
"Nosotros, entre la familia, hablamos con mi señora. Para nosotros alguien se lo llevó y no sé por qué. Porque no tenemos ninguna deuda, tampoco tenemos ninguna venganza o problema grande con los compatriotas o con otra gente", sostuvo.
El padre descartó que haya habido una amenaza previa, y aseguró que no existían conflictos familiares ni vecinales que hicieran pensar en una represalia. A pesar de ello, su nivel de desconfianza ha aumentado.
"Ya desconfío de todos. Era un niño. Era un campo. A esta altura debería saberse todo, por lo menos", afirmó con voz firme.
Ese entorno rural, que alguna vez pareció seguro, hoy genera más preguntas que respuestas. Según Elías, la presencia de trabajadores en la ladrillera cercana también es un punto que debería haberse investigado más a fondo.
Una búsqueda que perdió fuerza
El primer mes tras la desaparición de Lian fue intenso. El operativo de búsqueda incluyó fuerzas provinciales, federales, drones, perros y rastrillajes en campos vecinos. Sin embargo, con el paso del tiempo, la magnitud de la búsqueda se redujo drásticamente.
El propio Elías lo reconoció durante la entrevista: "Ya no hay el despliegue de antes". Lo que antes era una acción coordinada y visible, hoy se limita a trámites judiciales y análisis que, a su entender, no se traducen en avances concretos.
La familia teme que el caso quede en el olvido. Por eso, cada aparición pública de Elías no es solo un testimonio de dolor, sino también una exigencia directa a las autoridades para que no bajen los brazos.
Qué se sabe del día de la desaparición
El 25 de febrero de 2024 fue el último día en que se vio a Lian Flores. Según la reconstrucción, desapareció mientras su padre dormía la siesta, tras el almuerzo. No había señales de violencia, ni rastros evidentes que indicaran qué camino tomó o si fue llevado.
Ese día marcó el inicio de una búsqueda angustiosa y plagada de incertidumbres. A pesar de múltiples rastrillajes y decenas de testimonios, no se ha encontrado una sola pista certera sobre su paradero. La posibilidad de que haya sido raptado tomó fuerza con el paso de los días, aunque no se descarta ninguna hipótesis.
La deuda pendiente del Estado
Lo que más duele a la familia de Lian no es solo su ausencia, sino la sensación de que ya nadie lo está buscando. La intervención estatal, que debería garantizar justicia, se muestra insuficiente y descoordinada, según los testimonios de los padres.
Elías insiste: “No vamos a parar hasta encontrarlo. Pero necesitamos ayuda. Necesitamos que no lo olviden”.
La historia de Lian, tristemente, se suma a la larga lista de niños desaparecidos en Argentina, muchos de los cuales siguen sin respuestas incluso años después. Su caso reaviva el debate sobre los protocolos de actuación, la rapidez judicial y el compromiso real del Estado cuando un menor desaparece.
El pedido que sigue vigente
Elías Flores usó su aparición en televisión para hablarle directamente al país: "Lo que sea, vivo o muerto, lo queremos". Esa frase resume el calvario de una familia que solo pide una cosa: saber qué pasó con su hijo.
Mientras tanto, el tiempo corre. Y con cada día que pasa sin respuestas, la esperanza se mezcla con la bronca y el temor al olvido. Por eso, su voz en los medios no es solo una expresión de dolor: es una denuncia pública, un recordatorio de que Lian Flores sigue sin aparecer, y de que su caso no puede caer en el silencio.