La joven fue atacada por su expareja en su vivienda, pese a contar con una restricción perimetral vigente. El agresor la golpeó y luego huyó. Ella permanece en terapia intensiva.
Hospital Regional “Doctor Camilo Muniagurria” de Goya.
Un nuevo caso de violencia extrema de género sacude a la ciudad de Goya, en Corrientes. Una joven de 27 años permanece internada en grave estado luego de ser atacada por su expareja, quien violó una orden judicial de restricción perimetral. El ataque ocurrió frente a sus cuatro hijos menores.
El hecho ocurrió en el barrio Scófano, uno de los sectores más populares de Goya. La víctima fue sorprendida por su ex pareja, Claudio Irineo Robledo, quien, a pesar de contar con una medida judicial que le prohibía acercarse, irrumpió en su vivienda y la agredió con una brutalidad que casi le cuesta la vida.
Todo comenzó el viernes pasado, cuando Robledo ingresó sin autorización a la vivienda que compartieron durante años, y donde aún residen los cuatro hijos de la pareja. De acuerdo con las primeras investigaciones, el hombre habría intentado convencerla de que retirara la denuncia que ella había presentado semanas antes, motivada por reiterados episodios de violencia.
La discusión rápidamente escaló. Robledo tomó un balde de pintura vacío y se lo arrojó por la espalda, provocando que la mujer cayera al suelo. En ese momento, y con los hijos como testigos del horror, comenzó a golpearla con patadas y luego con un trozo de madera.
Los gritos de la víctima alertaron a los vecinos, quienes se acercaron al domicilio y forzaron la huida del agresor, evitando que se consumara un nuevo femicidio. Sin embargo, la escena ya era devastadora: la mujer yacía en el piso, gravemente herida pero consciente.
Rápidamente, familiares de la víctima la trasladaron al Hospital Regional “Doctor Camilo Muniagurria” de Goya, donde los médicos constataron la gravedad de las lesiones: múltiples traumatismos, fracturas y contusiones en diversas partes del cuerpo. Fue ingresada de urgencia en el sector de terapia intensiva y conectada a un respirador.
Ya fue sometida a una primera cirugía, de la cual logró salir con vida, aunque permanece en estado crítico. Debido a las heridas internas que sufrió, los médicos anticiparon la necesidad de realizar una segunda operación, aunque su situación es tan inestable que por ahora no puede ser trasladada al Hospital Escuela de la ciudad de Corrientes, el centro de mayor complejidad de la provincia.
Mientras tanto, los familiares iniciaron una campaña solidaria para conseguir 23 dadores de sangre, fundamentales para las próximas intervenciones médicas que deberá afrontar.
El ataque del viernes no fue un hecho aislado. El vínculo entre la víctima y Claudio Robledo estuvo signado desde sus inicios por la violencia y el sometimiento. La relación comenzó cuando ella todavía era una adolescente. De esa unión nacieron cuatro hijos.
Con el paso de los años, los episodios de violencia se volvieron más frecuentes. Según relatos de familiares y vecinos, era común verla con hematomas y heridas, aunque ella evitaba hablar del tema por miedo a represalias. Incluso se supo que solía acudir a farmacias del barrio para comprar analgésicos con los que intentaba calmar el dolor de las palizas.
Finalmente, en un momento de quiebre, la joven logró denunciar a Robledo, lo que permitió que la Justicia dictara una medida de exclusión del hogar y una restricción perimetral. Sin embargo, como ocurre en muchos casos de violencia de género, el agresor desoyó la orden judicial y volvió a acercarse, esta vez con intenciones que rozaron el asesinato.
Tras el ataque, Robledo logró escapar de la escena aprovechando la confusión. Se mantuvo prófugo durante 48 horas, pero finalmente fue localizado y detenido por la Policía de Corrientes, en un operativo coordinado con la Fiscalía de Investigaciones Concretas.
Fue trasladado a la Seccional Cuarta, donde quedó alojado mientras avanza la investigación. Inicialmente, la causa fue caratulada como “lesiones graves en contexto de violencia de género”, aunque no se descarta que el expediente sea recaratulado como “tentativa de femicidio”, dada la magnitud del ataque y las consecuencias que dejó en la víctima.
Mientras tanto, los cuatro hijos de la pareja, todos menores de edad, quedaron al resguardo de una tía materna, quien se hizo cargo de su cuidado tras la internación de la madre y la detención del padre. La situación familiar es compleja y el entorno de la víctima reclama asistencia psicológica y económica urgente para los menores, quienes fueron testigos directos del hecho.
