La imputada se encuentra detenida con prisión domiciliaria y tobillera electrónica. Habló con la prensa y buscó minimizar la situación.
Qué dijo Julieta Silva.
Julieta Silva, quien había sido condenada por atropellar y matar a su novio Genaro Fortunato en 2017, volvió a ser noticia en los últimos días por otro episodio de violencia de género contra su actual marido. Su esposo pidió ayuda desde el baño de su casa y la mujer quedó detenida, aunque en su versión de los hechos se trató tan sólo de una discusión menor de pareja.
La ahora imputada, indicó que “no fue más que una discusión" ante un medio televisivo. En tanto, su causa está caratulada como “lesiones leves agravadas por el vínculo”, pero Silva intentó minimizar el tenor de las acusaciones.
Detenida con prisión domiciliaria, la acusada está con tobillera electrónica en su casa a causa de este nuevo hecho, remarcó: “Esto con el tiempo se va a arreglar, lo que está pesando acá es mi nombre”.
El hecho que ahora apunta contra Julieta Silva, quien buscó despegarse de las acciones del último 12 de julio, ocurrió cuando su esposo llamó al 911 encerrado en el baño de su casa por el temor de que su mujer lo lastime. Al arribar al lugar la Policía lo encontró con signos de violencia en su cuerpo y en su rostro.
En este marco, los efectivos constataron que el hombre tenía algunas lesiones en su cuerpo que, según las primeras averiguaciones, habrían sido perpetradas por su pareja: una escoriación y tumefacción.
Una vez efectuada la denuncia por parte de la víctima, se le impuso a Silva una medida de prohibición de acercamiento. Y este jueves la mujer quedó imputada por “lesiones leves agravadas por el vínculo” y se encuentra bajo prisión domiciliaria con tobillera electrónica, ya que tiene una hija de un año.
La causa la investiga la Fiscalía de Instrucción N°2 de San Rafael, aunque fuentes judiciales dijeron que “Silva, asimismo, realizó una denuncia en la Unidad Fiscal de Violencia de Género, la cual ha sido agregada a la causa en curso".
Julieta Silva tomó relevancia pública por un trágico hecho ocurrido en septiembre de 2017. En ese momento, la mujer que recientemente había cumplido sus 30 atropelló y mató a la salida de un boliche de Mendoza a su entonces novio. Se trataba de Genaro Fortunato, un rugbier de 25 años que esperaba su primera hija, fruto de una relación anterior.
Por aquel episodio, la mujer fue condenada en 2018 en un fallo unánime a tres años y nueve meses de prisión, además de ocho años de inhabilitación para conducir. La Justicia mendocina lo encontró culpable del delito de homicidio culposo agravado.
En 2020, cuando ya había cumplido dos terceras partes de su condena, la mujer recuperó su libertad. Y poco más de dos años después, en diciembre de 2022, volvió a ser noticia por un acontecimiento de su vida personal: se había casado.
