Este retroceso está vinculado directamente con la inestabilidad interna del equipo. Desde su sede en Enstone, el clima de transición se hace sentir. Cambios constantes en la dirigencia y en el personal técnico clave afectaron el funcionamiento general. En los últimos años pasaron por el rol de Team Principal Oliver Oakes, Otmar Szafnauer, Bruno Famin y ahora se espera el desembarco de Steve Nielsen. A eso se suma la figura del CEO de Renault, Luca De Meo, como actor protagónico en la reorganización de la escudería.
Uno de los golpes más significativos fue la salida de Francis Stokes, quien ocupaba el cargo de Jefe de Mecánicos. Su partida, hace tres temporadas, dejó un vacío que aún no logra cubrirse. Según trascendidos en el paddock, podría sumarse próximamente a Cadillac, que debutará en la F1 en 2026.
El enojo de Colapinto
Colapinto, visiblemente molesto por lo ocurrido, dejó en claro su disconformidad tanto en la radio como frente a los medios. “Paramos muy temprano. La primera fue 10 segundos y la segunda, nueve. Perdimos mucho tiempo y después tuve como ocho banderas azules porque me pasaron dos veces varios... Perdimos otros 15 o 20 segundos con los rezagados. Una carrera para el olvido”, declaró el piloto de Pilar. “No creo que tuviéramos tan mal ritmo, pero fue un desastre… Mal en general, no fue un buen día”.
Tras la carrera, el asesor ejecutivo de Alpine, Flavio Briatore, reconoció públicamente las fallas del equipo. Con solo 20 puntos acumulados, la escudería ocupa el último lugar en el Campeonato de Constructores. Ahora, la F1 ingresa en su tradicional receso de verano y la próxima cita será recién a fines de agosto, en el Gran Premio de Países Bajos. Para Alpine, el descanso llega como una tregua necesaria en medio de una temporada llena de turbulencias.