Irreconocible

Las claves de la victoria de Alberto Fernández: crisis económica, unidad y liderazgo

Hernán Reyes
por Hernán Reyes |
Las claves de la victoria de Alberto Fernández: crisis económica, unidad y liderazgo

Cristina Kirchner logró su principal objetivo: vencer a Mauricio Macri en las urnas para recuperar el poder. Tres factores explican la victoria del Frente de Todos en esta elección: la incapacidad de Macri para conducir la economía, la unidad del peronismo y la visión estratégica de la ex presidenta.

Después de cuatro años de gobierno, Mauricio Macri dejará un país empobrecido, dividido y endeudado, con el doble de inflación que tenía cuando asumió.

Después de cuatro años, Macri no tiene un solo indicador económico positivo que exhibir. La encuesta nacional de octubre realizada por Reyes-Filadoro registra que el 40% de la población no llega a fin de mes y que la mitad tuvo que pedir dinero prestado durante los últimos seis meses, principalmente para comprar alimentos, pagar impuestos atrasados y servicios públicos.

Sin embargo, a pesar de la gravedad de la crisis económica que viven los argentinos, el 40% eligió a Macri.

A pesar de la derrota, para Juntos por el Cambio representa un gran mérito haber logrado semejante nivel de apoyo en medio de una crisis tan profunda. Pero también es evidente que la situación económica fue un factor determinante en esta elección que la oposición supo aprovechar.

La imposibilidad de ofrecer a los votantes argumentos racionales obligó al gobierno a realizar un cambio táctico drástico después de las PASO. Durante el último mes, Macri le puso el cuerpo a la campaña, y, con un mensaje épico y motivacional, movilizó a millones de personas en todo el país, un hecho inédito para una fuerza política no peronista.

El éxito de la campaña “30 ciudades en 30 días” le permitió a Macri ganar protagonismo en el último tramo de la campaña y achicar la diferencia con el Frente de Todos a tan sólo 8 puntos.

El segundo factor que hizo posible la victoria del Frente de Todos fue la unidad del peronismo. Desde que Sergio Massa abandonó al Frente para la Victoria en 2013, el kirchnerismo no había podido ganar una elección.

La decisión de Massa de renunciar a su proyecto personal fue clave para no fragmentar el voto peronista. Alberto Fernández fue el gran articulador de la unidad. Con tesón y paciencia reconstruyó relaciones que parecían irreconciliables. Por eso, el triunfo en las urnas expresa el triunfo de la política, del diálogo.

Por último, el factor Cristina, probablemente la dirigente más importante de la política argentina de los últimos 70 años. Desde que había ganado las elecciones en 2011 con el 54% de los votos, Cristina no había tomado buenas decisiones estratégicas.

La elección de Martín Insaurralde como contrincante de Massa en la Provincia de Buenos Aires en 2013 probó ser una decisión equivocada al igual que la decisión de postular a Aníbal Fernández para la gobernación en 2015 o negarle la interna a Randazzo en las elecciones de medio término en 2017. Sin embargo, esta vez no se equivocó.

La decisión dar un paso al costado para ofrecerle a Alberto Fernández que encabece la fórmula fue audaz, inteligente y disruptiva, pero también tenía sentido. Alberto Fernández no se cansaba de repetirlo: “Con Cristina sola no alcanza, pero sin ella no se puede”.