Tras el tenso momento vivido durante el Tedeum del 25 de Mayo en la Catedral Metropolitana, donde el presidente Javier Milei evitó saludarla al ingresar al templo, la vicepresidenta Victoria Villarruel hizo declaraciones exclusivas a A24.
La Vicepresidenta habló con A24 sobre el gesto del Presidente, que evitó saludarla durante la ceremonia del 25 de Mayo en la Catedral Metropolitana.
Tras el tenso momento vivido durante el Tedeum del 25 de Mayo en la Catedral Metropolitana, donde el presidente Javier Milei evitó saludarla al ingresar al templo, la vicepresidenta Victoria Villarruel hizo declaraciones exclusivas a A24.
Con una sonrisa, fue escueta pero contundente: “Habría que preguntárselo a él, yo siempre saludo”, respondió cuando fue consultada por el gesto del mandatario.
Villarruel, que estuvo presente en primera fila junto al resto de las autoridades, reaccionó con una sonrisa irónica al pasar Milei frente a ella sin mirarla ni detenerse.
“Estoy tranquila con mi accionar. Vine a cumplir con mi deber institucional y a acompañar una fecha muy importante para todos los argentinos”, agregó Villarruel, sin profundizar en las internas que rodean a la cúpula del Poder Ejecutivo.
Del acto participaron también el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri —quien vivió una situación similar al ser ignorado por Milei— y el resto del gabinete nacional.
Al iniciar su homilía, el arzobispo de Buenos Aires, monseñor Jorge García Cuerva, dejó un mensaje contundente: “Venimos a pedirle a Dios que nuestra Argentina se cure y viva”.
Con tono firme, advirtió sobre el deterioro del clima social y expresó: “Experimentamos que se está muriendo la fraternidad, se está muriendo la tolerancia, se está muriendo el respeto; y si se mueren esos valores, se muere un poco el futuro, se mueren las esperanzas de forjar una Argentina unida, una Patria de hermanos”.
“Venimos a pedirle a Dios que nuestra Argentina se cure y viva. Experimentamos que se está muriendo la fraternidad, la tolerancia, el respeto. Y si se mueren esos valores, se muere un poco el futuro, y se muere la esperanza de forjar una Argentina unida, una Patria de hermanos”, inició su discurso el arzobispo.
“Nuestro país también sangra”, dijo el Arzobispo porteño. y habló del narcotráfico, de las personas en situación de calle, de la discapacidad y los jubilados.
“Tantos hermanos que sufren la marginalidad y la exclusión, tantos adolescentes y jóvenes víctimas del narcotráfico que, en algunos barrios, es un Estado paralelo. Tantas personas que están en situación de calle, tantas familias que sufren las inundaciones, las personas con discapacidad. Tantas madres que ya no saben qué hacer y cómo evitar que sus hijos caigan en las drogas y las garras del juego. Y los jubilados que merecen una vida digna con acceso a los remedios y a la alimentación. Herida esta que sigue abierta y sangra hace años, pero que como sociedad tenemos que curarla pronto”, comentó.
En ese sentido, apuntó: “Muchos podrán ser los responsables de esta triste situación, pero la oportunidad que tenemos nosotros de resolverla es hoy. ¿Cuántas generaciones más y hasta cuándo deberán reclamar por jubilaciones dignas?"