Por Facundo Corsi (*)
Por Facundo Corsi (*)
Hace poco tiempo, participé de Austral Fintech Day, el primer evento de finanzas y tecnología de la Universidad Austral. Allí, tuve la oportunidad de conversar con estudiantes y conocer sus proyectos. “¿Qué consejo le darías a alguien que recién empieza?”, es la pregunta que se repite en estos encuentros. Y esta vez no fue la excepción.
Así que les respondí lo que me nace siempre: “No le tengan miedo al error. Cualquier gran marca que se nos venga a la mente no empezó tal como la conocemos”. Porque las historias de startups que salen de un garaje y llegan a la cima son contadas omitiendo, muchas veces, las escalas y los bemoles que registraron hasta alcanzar el éxito.
Este año, junto a un equipo de especialistas en gaming, tecnología, marketing y finanzas, lanzamos la billetera virtual n1u. Subidos a la ola de los números que nos acompañan, muy buenos para los primeros meses, decidimos embarcarnos en una bien grande: nos eligieron como el medio de pago exclusivo para la preventa de 11.000 entradas del show de Ysy A, el 17 de diciembre, en Huracán.
¿El referente de la movida freestyle en Argentina hace su primer estadio de fútbol? Yendo. Pasa que vincularnos con las marcas y con las figuras con las que se identifican los chicos y los jóvenes es un “must”, es parte de nuestra identidad también.
Todo estaba dispuesto para que fuera un debut soñado. Y, aun así… “La ley de Murphy no significa que vaya a pasar algo malo, sino que, si algo puede pasar, pasará”. Es una de las frases del personaje de Matthew McConaughey en la película Interstellar.
Bueno, la situación nos superó. Apenas iniciada la preventa, nuestra app colapsó y le trajo problemas a los usuarios que ya teníamos y a los miles que se sumaron para este evento.
Enseguida nos ocupamos de que cada persona que había intentado transaccionar sin éxito tuviera su entrada asegurada. Además, fueron devueltos todos los cargos de servicio cobrados por error. Nos equivocamos, reaccionamos, aprendimos y estamos listos para más.
“Acometer y comenzar una obra, un negocio, un empeño, especialmente si encierran dificultad o peligro”, es la definición de emprender en el diccionario de la RAE. Esta descripción formal es un buen cable a tierra.
Cuando soñamos con un proyecto es probable que la primera imagen que se nos aparezca sea feliz, como el final de una película romántica y pochoclera. Entonces, aferrarse a lo concreto resulta un buen ejercicio y me gusta ponerlo en práctica. En un videojuego, tenemos la posibilidad de elegir el nivel de dificultad. Pero en la vida real existen imponderables y errores de cálculo.
Se me viene a la mente el video viral del coreógrafo francés Yoann Bourgeois. Un hombre intenta subir una escalera: antes de lograr su objetivo se cae, se levanta, se cae, se levanta y así sucesivamente. ¿Cómo se llama la obra? El éxito no es lineal. Claro, al tratarse de una puesta en escena artística, cada caída es amortiguada por una cama elástica que, además de evitar un fuerte golpe, ayuda al protagonista a volver a la escalera.
El camino a la cima tiene altibajos, pero si tejemos una buena red de contención nos podemos recuperar mucho más fácil. “Armen buenos equipos de trabajo”, mi segundo consejo a los estudiantes y emprendedores.
Un error no es tragedia, siempre y cuando estemos dispuestos a aprender. De hecho, según el método Lean Startup para desarrollar negocios y productos, el aprendizaje es parte fundamental del proceso de crecimiento de cualquier empresa que esté dando sus primeros pasos.
Apoyándome una vez más en lo concreto, en este caso una metodología comprobada, paso a mi tercer consejo: “La perfección no es indispensable para ser exitoso, la capacidad para levantarse y seguir sí lo es”. Si hacemos bien la tarea, los tropiezos son precisamente los que nos pueden guiar al éxito.
(*) El autor es CEO de n1u.