Las trabajadoras exigían una jornada laboral más justa y salarios equitativos con los hombres. Sin embargo, la respuesta del dueño de la fábrica fue cerrar las puertas con ellas dentro. Un incendio devastador terminó con sus vidas, convirtiéndolas en símbolo de la resistencia feminista.
Desde entonces, el 8M se transformó en una jornada de visibilización de las desigualdades y en una oportunidad para exigir un mundo más justo para todas.
Este 8M, más que un mensaje, un compromiso
El Día Internacional de la Mujer no es una fecha comercial ni una excusa para un simple saludo. Es una oportunidad para recordar el camino recorrido, honrar a las que nos precedieron y continuar luchando por un mundo más equitativo.
Compartir una frase puede ser un primer paso, pero lo más importante es el compromiso diario con la igualdad y la justicia.