Pero lo peor vendría después. Cuando el hombre intentó acercarse para realizar la limpieza energética, frenó en seco y sorprendió a todos: “¿Sabes por qué me alejo? Porque ese espíritu no permite que te diga nada”, reveló sin siquiera tocarla.
Hubo silencio. Cámara fija en Furia, que quedó totalmente en shock. El chamán tomó hojas de coca para interpretar la energía de la participante, y volvió a entregar otro diagnóstico que la dejó paralizada: “Esta hoja marca un tema emocional muy fuerte. Es tu corazón… pero es un corazón dañado por lo que viviste.”
Acto seguido, aseguró que podría ayudarla, pero que el proceso no sería simple. Le pidió abrazar árboles, caminar descalza, conectarse con la naturaleza y desprenderse de las cargas espirituales que, según él, todavía la afectan.
La escena recorrió las redes en cuestión de minutos. Mientras dentro del reality varios compañeros miraban en silencio –algunos impactados, otros incómodos– del otro lado de la pantalla los usuarios se dividieron entre quienes creyeron en el ritual y quienes lo consideraron un show. Lo cierto es que, guste o no, Furia volvió a convertirse en la protagonista absoluta del ciclo chileno. Entre enfrentamientos, confesiones durísimas, misticismo y emociones crudas, la participante sigue siendo una máquina de generar contenido, polémica y rating.