Se cumplieron dos meses de la sentencia que condenó a los ocho rugbiers por el asesinato de Fernando Báez Sosa, que sucedió a la salida de un boliche en Villa Gesell, durante el verano de 2020.
Se cumplieron dos meses de la sentencia que condenó a los ocho rugbiers por el asesinato de Fernando Báez Sosa, que sucedió a la salida de un boliche en Villa Gesell, durante el verano de 2020.
En este tiempo, la situación de los detenidos no cambió para nada: permanecen alojados en las mismas celdas y bajo las mismas reglas que impusieron las autoridades del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) en la Alcaidía N°3 de Melchor Romero.
Se especuló con traslados, incluso se habló de cómo serían, y cómo quedaría dividido el grupo. Pero nada de eso sucedió. Los rugbiers siguen compartiendo celdas y alejados de los demás reos con el fin de cuidar de su seguridad física, el motivo principal que tiene el servicio penitenciario para no moverlos.
Sus familias no hablan y Hugo Tomei, abogado del grupo, continúa sin dar entrevistas.
A dos meses de la condena de los rugbiers por el asesinato de Fernando Báez Sosa, Graciela y Silvino los padres del joven fueron a un casamiento y recordaron a su hijo con un angustiante posteo.
Graciela y Silvino viajaron a Paraguay al casamiento de uno de sus sobrinos, que tiene la misma edad que tendría Fernando, y se dieron cuenta que nunca verán a su hijo en esa situación. Esto los angustió mucho.
“En el casamiento de Luis Fernando y Cinthia, en Paraguay, primo de mi hijo. Nació el mismo día que Fer y también lleva el mismo nombre. Cuesta estar presente, pero lo hicimos. Nosotros nunca veremos casado a nuestro hijo. Lo extraño mucho”, escribió Graciela en su cuenta de Instagram.
Inmediatamente recibió el apoyo de todos sus seguidores: “sólo los padres pueden entender el dolor de perder a su hijo”, le escribió uno de ellos.