Hay sueños que no se borran con el café. Están los raros, los que olvidás al toque, y después están esos… los que se te quedan en la piel. Soñar que le comés la boca a tu cuñado —o cualquier persona completamente prohibida para vos— es de esos.
Un beso que no deberías haber dado… pero diste. Y en sueños. ¿Te despertaste entre mojada y culpable? Hablemos de eso.
El beso que no diste en la vida… pero sí en tu cabeza. Foto: Internet/Sueño.
Hay sueños que no se borran con el café. Están los raros, los que olvidás al toque, y después están esos… los que se te quedan en la piel. Soñar que le comés la boca a tu cuñado —o cualquier persona completamente prohibida para vos— es de esos.
Y sí, puede ser que en la vida real ni te lo hayas planteado. Pero en el sueño fue intenso. Te miró. Lo miraste. Se acercó. Y lo besaste. Con ganas. Con hambre. Y te gustó.
Lo primero: no sos un bicho raro. El inconsciente no tiene filtros morales. No mide parentescos, ni parejas ajenas, ni lo que “está bien”. Si reprimís algo, lo sueña por vos. Y a veces, ese algo ni siquiera es literal.
Quizás ese beso no era realmente sobre él, sino sobre el deseo en sí. Sobre lo que te está faltando. Sobre lo que te está quemando adentro y no te animás a decir.
No te castigues por lo que soñaste. ¿Sabés cuánta gente se despierta agitada después de besar a alguien “intocable” en un sueño? Más de la que creés. Lo prohibido excita porque activa lo que no podés controlar.
A veces tu mente solo necesita un lugar donde liberar eso. Y si lo hace mientras dormís, quizás es porque vos todavía no te lo permitís despierta.
Nada, si no querés. Soñar no es actuar. Y muchas veces basta con mirarlo, entenderl o y dejarlo pasar. Pero también podés preguntarte: ¿Qué me está faltando en mis vínculos reales? ¿Por qué mi deseo aparece disfrazado de tabú?
Porque representa un límite. Y lo que está más allá de los límites suele activar algo que tu inconsciente quiere decir.
No necesariamente. A veces es solo una forma simbólica de hablar de lo que falta en tus vínculos actuales.
Es normal. El deseo no siempre es cómodo. Pero soñar no te convierte en nada. Solo te muestra algo.
