Entonces, aclaró que la acusación le tocó una fibra íntima, y lejos de evadir el tema, fue directa: “Eso es mi mayor miedo en este mundo. ¡Yo me lavo! Les juro que me lavo. Capaz no 5 veces por día como dije en chiste, pero me cuido, como todas.”
“No me llamen más Pepita”
Uno de los aspectos más hirientes para ella fue el apodo que comenzó a circular en redes sociales a raíz del episodio: “Pepita”. Flor pidió con claridad que dejen de usar ese término para referirse a ella, y expresó que el bullying virtual no puede seguir normalizándose.
El video que desató la polémica fue filmado en una tienda de ropa ubicada en Buenos Aires. En él, una de las encargadas cuenta que prestaron un catsuit a una influencer “muy conocida” y que al devolverlo, olía tan mal que no lo pudieron volver a colgar. No dan nombres, pero las redes no tardaron en lanzar acusaciones.
Y ahí es donde entra Flor Regidor. Sin pruebas y solo por su historial de comentarios sobre su higiene en GH, fue convertida en blanco de memes, insultos y burlas.