El segundo componente clave del sistema es el aprendizaje de la computadora. Stilerman -quien fue el líder de datos e inteligencia artificial durante 10 años en Google Argentina- explicó que el dispositivo recopila datos mientras la persona piensa frases concretas y, a partir de esta información, la inteligencia artificial aprende a asociar señales cerebrales con palabras. "Este tipo de matemática en inteligencia artificial no es nuevo, pero se perfeccionó en los últimos años", señaló.
Una vez que la computadora reconoce las palabras, el sistema convierte esa información en voz. Según Stilerman, se emplea una tecnología de síntesis vocal similar a la utilizada para imitar voces humanas a partir de grabaciones previas. "En este caso, se tomaron registros anteriores de la paciente para recrear su voz original", detalló.
En el pasado, este proceso demoraba entre 10 y 15 segundos por frase, pero ahora el tiempo se redujo a solo 1 o 2 segundos gracias a la capacidad de procesamiento en la nube. "Miles de computadoras trabajan en simultáneo para lograr esta velocidad", explicó el especialista.
Si bien estos avances son prometedores, la conversión de voz a texto aún presenta desafíos, especialmente en idiomas como el español. "La conversión sigue teniendo errores, pero ha mejorado mucho en los últimos meses", indicó Stilerman.
Actualmente, la paciente necesita estar cerca de una computadora para utilizar el sistema, aunque los desarrolladores trabajan en hacer el dispositivo más accesible. "Hoy puede usarse desde un celular, pero a futuro podría haber chips específicos que permitan prescindir de dispositivos externos", anticipó.
Sobre la posibilidad de aplicar esta tecnología a más personas, Stilerman explicó que los patrones cerebrales son similares entre distintos individuos, por lo que la técnica utilizada en este caso podría adaptarse con relativa facilidad. Sin embargo, señaló que el mayor desafío está en el hardware, ya que se busca reemplazar los electrodos implantados por sensores externos o chips como los desarrollados por Neuralink, la empresa de Elon Musk.
Finalmente, el especialista remarcó que la inteligencia artificial no solo tiene aplicaciones en lo cotidiano, sino que también puede transformar la vida de muchas personas. "No se trata de hacerlo obligatorio, sino de ofrecer soluciones", concluyó Stilerman. "La inteligencia artificial puede devolverle la autonomía a quienes la perdieron".