Judiciales

Se conoció el dramático diario íntimo de una niña en que relató los abusos que sufría en el colegio

“Me sacó la ropa de la cintura para abajo y me violó, yo no podía moverme. Pero luego dijo 'fuiste buena niña'”. El acusado, un ex empleado de limpieza del establecimiento educativo, irá a juicio oral pero permanece en libertad.

Néstor Espósito
por Néstor Espósito |
Colegio La Anunciata: un abusador en la mira

Colegio La Anunciata: un abusador en la mira

El diario íntimo de una niña de once años de edad ("no tengo emociones, hay cosas que ya no siento”) se convirtió en la prueba principal para la acusación contra un empleado de limpieza de un colegio privado, quien afrontará un juicio oral y público acusado de "abuso sexual en perjuicio de una menor de 13 años, reiterado en al menos cinco oportunidades", entre principios de 2022 y el 20 de octubre de 2023.

El acusado (cuya identidad permanecerá en reserva para preservar a la niña) es un exempleado del colegio La Anunciata -situado en la calle Arenales 2065, de esta Capital- y está procesado por presuntamente haber atacado a la niña desde sus diez años de edad en uno de los baños del establecimiento.

“Aprovechó que la menor se encontraba sola en los sanitarios y perpetró las maniobras abusivas", sostiene la resolución judicial que confirmó su procesamiento pero le permite permanecer en libertad.

Abrumada por la situación, la pequeña sólo pudo verbalizar lo que le estaba ocurriendo con un reducido grupo de compañeritas de estudios, una de las cuales se lo contó a su madre y ésta, a su vez, a la mamá de la víctima.

Lectura escalofriante

En ese contexto, apareció el diario personal de la niña. Su lectura es escalofriante.

- "Recuerdo que un día, cuando tenía 10 años, yo era una niña feliz. Pero empezó todo ese día. Abusó de mí”.

- “Tengo once años, me vi obligada a madurar y pasar por cosas que ni mi madre pasó. Él sigue haciendo lo que quiere conmigo. (…) No tengo emociones, hay cosas que ya no siento”.

- “El viernes pasado yo salí al baño y él estaba ahí, yo no sabía que era él, así que entré al baño y trabé. Pero cuando iba a salir me empujó adentro y me tiró al piso, yo le pegué y él me pegó muy fuerte en la cara y empecé a llorar. Luego me sacó la ropa de la cintura para abajo y me violó, yo no podía moverme. Pero luego dijo 'fuiste buena niña' y yo me quedé, llorando”.

- "Cada noche me pregunto por qué no dejo que nadie me abrace, por qué todo a mí y ni yo sé responder. Pero si puedo explicar algo: cuando tenés contacto físico conmigo a mí me duele, pero no es porque me lastimes. Es porque tengo una herida y todavía no cicatrizó y quizás nunca lo haga"

- "Nadie sabe todo lo que sufrí. La verdad es que tengo miedo cada día que voy al colegio. Porque no quiero volver a ver a esa persona. Porque no puedo entrar a ningún baño público. Cuando estaba en 5to grado una vez pedí permiso para ir al baño. Yo nunca salía. (…) Yo me olvide de trabar el baño y cuando me estaba lavando las manos alguien entró. Yo pensé que había sido equivocación, pero después comenzó a tocarme y yo lo pateé. Pero él me tapó la boca, me agarró el cuello y me puso contra la pared. Pero solo me tocó y no pasó a mayores. Y eso pasó unas 3 veces más".

- "A principio de año estaba bien, porque traté de no ir al baño".

abuso-sexual-infantil.jpeg

La defensa del acusado

El acusado negó los cargos y atribuyó las anotaciones a una fabulación que, de alguna manera, disfrazó una supuesta situación de violencia intrafamiliar.

De su indagatoria, quedó reflejado en el expediente que para defenderse dijo que "si bien la menor podía padecer algún tipo de trauma, éste no guardaría relación con los sucesos que nos ocupan -el cual no pudo exteriorizar en la Cámara Gesell-, sino a situaciones de violencia que padecía en su hogar".

Pero la prueba de cargo descartó esa teoría: un peritaje psicológico estableció que "no se habían detectado elementos que permitieran informar sobre un aumento patológico de la ideación confabulada”.

Por su parte, la perito grafóloga Mariel Alejandra Pugliese, de la División Individualización Criminal de la Policía Federal Argentina, afirmó que “la escritura de la niña presenta indicadores de haber sufrido una situación traumática muy severa, que ha perturbado su psiquismo y la que viene sosteniéndose por largo tiempo". "Las manifestaciones más notorias son la angustia, ansiedad y estrés. Asimismo, se observa un síndrome gráfico compatible con las conductas y emociones que presentan los niños que han sido expuestos a sexualidad adulta", explicó.

La niña identificó claramente a su presunto agresor en rueda de reconocimiento. "Al exhibirle las fotografías, señaló sin vacilar y en reiteradas ocasiones a la persona retratada en la n° 1", que se corresponde con el imputado.

“No se encuentra justificado el encarcelamiento”

No obstante la prueba de cargo, el acusado está en libertad. La confirmación del procesamiento explica que "de momento no se encuentra justificado el encarcelamiento preventivo solicitado por los querellantes", aunque el tribunal aplicó otras medidas restrictivas como "la prohibición de todo tipo de contacto (por cualquier vía), y de acercamiento, a una distancia no inferior a los 500 metros del imputado respecto de la menor por un plazo de 120 días que pueden ser prorrogables, la prohibición de salida del país y que deberá comparecer al Tribunal el primer día de cada mes o el inmediato hábil siguiente, para mantener la situación de libertad".

Los camaristas Marcelo Lucini e Ignacio Rodríguez Varela dispusieron, además, que deberá "someterse al cuidado de la Dirección de Control y Asistencia de Ejecución Penal con la frecuencia que dicho organismo indique, dando cuenta de su actividad laboral actual o la que despliegue y conseguir empleo".

Se habló de