Todo esto llevó a que, en el mercado local, la posición disponible de soja, luego de sostenerse durante tres meses en valores superiores a los 420 usd/t, cerró en la jornada del 22/06/2022 a 395 usd/t, siendo este último el valor más bajo desde enero del corriente año.
Según el MAGyP al 15/06/2022, se había comercializado con precio cerrado solo el 24% de la producción total esperada de la campaña 21/22, lo cual significa 32,7 mill. de t, que si le sumamos el stock inicial de dicha campaña de 6,9 mill. de t, restaría ponerle precio a 39,6 mill. de t.
Con este marco se puede estimar que debido a la baja en la cotización disponible se dejaron de percibir 990 mill. de dólares. Éste cálculo surge de realizar el diferencial entre el precio promedio de mayo de la cotización disponible (428 usd/t) menos el promedio de la última semana (403 usd/t) donde se observó la fuerte baja de precios, y al resultado (25 usd/t) multiplicarlo por las toneladas sin precio (39,6 mill. de t).
Si este mismo cálculo lo realizamos con los valores FOB, a los cuales los exportadores liquidan la mercadería, el diferencial sería que se dejaría de percibir 2256 mill. de dólares, un valor muy similar a lo liquidado durante el mes de febrero por el agro.
Esto quiere decir que al gobierno nacional, si tenemos en cuenta que las retenciones son del 33% tanto para el aceite de soja como para la harina (que son los subproductos de la oleaginosa que se exportan), le dejan de ingresar 744 mill. de dólares por este diferencial de precio.
El autor es analiza de mercados de AZ Group