“Las regiones más críticas están en la Zona Núcleo de la región pampeana, donde se está encarando la última etapa del trigo. Se trata de un cultivo que presenta condiciones variables. Hay zonas complicadas como el centro sur de la provincia de Santa Fe o el norte de Buenos Aires, pero la situación se extendió un poco más hacia el oeste y el centro de la provincia”, graficó Gattinoni durante la entrevista radial.
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En lo que tiene que ver con el corazón de la zona núcleo, a finales de la semana pasada desde la Bolsa de Comercio de Rosario advirtieron que las heladas recortaron entre el 20% y el 50% de los rindes que se estimaban apenas una semana antes de ese evento.
“Los lotes que mejor venían y podían apuntar 25 o 30 quintales por hectárea (qq/ha), ahora van a 15 o 20 qq/ha. Estimamos un promedio para el área menor a 15 qq/ha”, plantearon desde BCR según los datos recogidos en partidos bonaerenses como Colón y Pergamino.
“El área triguera no cosechable de la región pasó de 130.000 hectáreas a casi 200.000”, alertaron.
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El trigo es el cultivo más afectado por la sequía en el campo.
La mirada en el “corto plazo”
Si bien en la producción agropecuaria es un denominador común la mirada a largo plazo y la necesidad de apostar a largos ciclos, en lo que tiene que ver con el clima para esta campaña los especialistas plantean la conveniencia de tener a mano alguna referencia de lo inmediato. Gattinoni expuso que las “lluvias que puedan darse serán de escasos milímetros”.
“Hay zonas en las que en septiembre hubo más del 50% de los días con temperaturas por debajo de los 3°. De octubre también se advierte un enfriamiento al compararlo con las medidas históricas que favorecen las chances de tener períodos con temperaturas más frías. Pero tuvimos estos eventos que podrían estar también asociados al fenómeno de La Niña”, planteó.
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Gattinoni dio las claves del clima para los días que viene. La sequía complica al campo.
Sin embargo otra de las preocupaciones para el productor a la hora de decidir la siembra -e invertir lo necesario para ello- es el aumento de temperaturas que podrían enfrentar si demoran demasiado esa etapa, a la espera de nuevas lluvias.
“Tampoco se descarta la ocurrencia de periodos con temperaturas altas, eso puede generar una mayor demanda justamente desde la atmósfera para los cultivos, así que esa es otra de las cuestiones también que el productor debe tener presente”, cerró.