La campaña 2020/21 de maíz brasilero tuvo un inicio complicado, con gran parte de los cultivos sembrados fuera del período ideal y un problema arrastrado desde la cosecha tardía de la soja. Además, por otro lado el clima tampoco acompañó y el cereal sufrió una de las sequías más severas de los últimos años, sumado a las heladas que hubo a principios de la recolección y de la etapa de llenado de granos para los planteos más atrasados.