Es posible que la aparición de propuestas de regulación para el mercado de criptomonedas en América Latina aporte tracción a este segmento que ya se encuentra en franco crecimiento.
Es posible que la aparición de propuestas de regulación para el mercado de criptomonedas en América Latina aporte tracción a este segmento que ya se encuentra en franco crecimiento.
Entre julio de 2020 y junio de 2021, la región manejó más de US$352.8 mil millones en criptomonedas, aproximadamente el 9% del volumen global de transacciones en el mismo período, según el estudio "Global Crypto Adoption Index" elaborado por Chainalysis.
Con la aprobación de proyectos de regulación, los actores del mercado financiero pueden iniciar o fortalecer sus operaciones crypto, ya que el aparato regulatorio brindará más seguridad jurídica a los inversores.
Con esto, las instituciones financieras tradicionales y las fintech podrán facilitar el acceso de la población en general a las criptomonedas, llevando estos activos a una posición dominante en la región.
Según el relevamiento de Chainalysis, 4 de los 20 países que más utilizaron criptomonedas en 2021 son de América Latina: Venezuela, Argentina, Colombia y Brasil. En este período, la región obtuvo más de $653 millones en inversiones de capital de riesgo en compañías de criptomonedas y blockchain, un aumento de casi el 1.000% con respecto al año anterior, según la Asociación para la Inversión de Capital Privado en la región.
De acuerdo con Dan Cartolin, ejecutivo de Cuenta para Norteamérica y América Latina en Chainalisys, es importante recordar que estos países tienen perfiles económicos y políticos divergentes: “El Salvador, por ejemplo, fue el primer país del mundo en utilizar Bitcoin como moneda oficial y, por otro lado, Bolivia prohibió su uso y comercialización”.
Incluso en países con economías más complejas, el escenario no es homogéneo. “Mientras el Banco Central de Argentina ha prohibido la oferta de servicios con criptomonedas por parte de las instituciones financieras, el Congreso brasileño analiza un proyecto que regula el uso y venta de activos digitales”, aseguró el ejecutivo.
Por otro lado, Cartolin expresó que el ecosistema de las criptomonedas ya opera y se desarrolla incluso sin regulación, aunque con ciertas limitantes.
En pocas palabras, dijo, “las operaciones financieras con activos digitales atraviesan varios niveles regulatorios, como las leyes fiscales, monetarias y de consumo. La elaboración e implementación de estas propuestas regulatorias será compleja ya que requerirán cambios en la normativa vigente”.
Además, en el reporte de Chainalysis reconocen que la baja bancarización en la región puede ser otro desafío para el sector: según una encuesta de Bankingly, la penetración bancaria entre los latinos es de aproximadamente el 55%.
De todas maneras, el mercado se ha estado moviendo rápidamente, lo que ha llevado a las autoridades a reconocer la necesidad y las ventajas de la regulación.
Los entornos regulados atraen más inversiones y emprendedores, lo que según el experto se traducirá en un aumento en el número de empleos, en el acceso y desarrollo de productos innovadores y en el fortalecimiento de la seguridad institucional y jurídica.
"Es probable que la ya próspera y creciente criptoeconomía latina gane más tracción después de la regulación. El uso de criptomonedas en una economía descentralizada es una tendencia que se consolida cada vez más, y los países que prioricen los estándares regulatorios globales estarán mejor posicionados para convertirse en líderes de la industria", concluyó Cartolin.