La toma de París fue una cachetada para los Aliados y un recordatorio de que en la guerra todo vale. Francia seguía con la cabeza en la I Guerra Mundial, con sus tácticas que incluían pensar, esperar, defender.
La toma de París fue una cachetada para los Aliados y un recordatorio de que en la guerra todo vale. Francia seguía con la cabeza en la I Guerra Mundial, con sus tácticas que incluían pensar, esperar, defender.
Pero, los alemanes no estaban para perder tiempo. El mundo tenía que caer a los pies de esa nueva forma de ver el mundo, aquella donde había ciudadanos de primera y ciudadanos de quinta, o mejor dicho, ni se los consideraba ciudadanos. Tanto fue el rencor de Adolf Hitler con las consecuencias económicas que acarrearon a Alemania después de la I Guerra Mundial, que la excusa de la raza superior fue el discurso unificador que le daría el poder y el escenario para matar.
¿Cómo todo un pueblo, con gente de bien, muy lejos de la idea genocida de Hitler, compra un discurso tan tóxico? Pues, los encargados de la comunicación alemana se dieron la tarea de vender la idea de una patria grande y superadora, omitiendo las formas en las que se lograría conseguir esa patria. Había quienes lo intuían, pero el Siglo XX fue -en parte- el siglo del silencio, de lavar los trapos en casa, de mirar hacia otro lado.
La toma de París puso a la guerra en otro nivel. El 1 de septiembre de 1939 la Wehrmacht había invadido Polonia, esto hizo que Gran Bretaña y Francia declaran la guerra a Alemania. Hitler, sorprendido y enojado, juró venganza.
La II Guerra Mundial estuvo llena de pactos secretos, pero sobre todo de traiciones. Alemania pactó con la Unión Soviética un acuerdo de no agresión, que se puso en duda cuando al Alemania invadir Polonia y los Aliados declarar la guerra al Reich, estos decidieron no declarar la guerra a la Unión Soviética.
La Wehrmacht tenía la orden de avanzar y de hacerlo rápido. Los problemas burocráticos en el ejército francés y la idea que los alemanes iban a repetir sus estrategias de la I Guerra Mundial, es decir, invadir Francia a través de Bélgica, hicieron que al momento del ataque, los franceses no pudieran defender bien su territorio.
Los alemanes utilizaron la invasión a Bélgica y a Holanda como un señuelo. Hicieron que los Aliados enviaran allí a sus mejores soldados, mientras la invasión principal se daba en Ardenas. Los Aliados fueron empujados hacia el mar, ya que los alemanes -con una estrategia eficaz- los envolvieron por la retaguardia.
El 5 de junio los alemanes lanzaron el Plan Rojo y el 14 de junio, los tanques de la Wehrmacht avanzaron a territorio francés, ocupando París el 14 de junio.
El 22 de junio Francia y Alemania firman un cese de hostilidades.
El 18 de junio de 1940 nace la Resistencia Francesa para combatir la ocupación nazi.