La actualidad de Boca preocupa: entre lesiones, decisiones disciplinarias y falta de resultados, el equipo de Miguel Russo enfrenta a Atlético Tucumán con la necesidad de cortar una racha de ocho partidos sin ganar.
El clima en Boca volvió a llenarse de tensión. Después de un comienzo de ciclo que despertó cierta expectativa con la llegada de Miguel Ángel Russo y refuerzos como Leandro Paredes, el presente deportivo del club se encuentra envuelto en dudas, lesiones, bajo rendimiento y decisiones que generan ruido puertas adentro.
Este miércoles, Boca enfrentará a Atlético Tucumán por los 16avos de final de la Copa Argentina, en Santiago del Estero. El cruce dejó de ser solo una oportunidad para ver a Paredes como titular y se transformó en un partido que puede marcar un antes y un después. El equipo lleva ocho partidos sin triunfos y, si no gana, igualará una de las peores rachas de su historia (nueve partidos sin victorias), como ocurrió en 1951, 1984, 1989 y 2004.
Carlos Palacios volvió a quedar en el centro de la polémica. El lunes no se entrenó con el grupo tras declarar una molestia en la rodilla —un cuadro de tendinitis, según trascendió—, pero Boca no emitió parte médico oficial. Miguel Russo decidió no esperarlo y lo excluyó de la lista de concentrados que viajarán a Santiago del Estero.
La situación del delantero chileno viene cargada de antecedentes. Boca pagó 4,8 millones de dólares por su pase en diciembre, pero desde entonces su rendimiento cayó y su relación con el cuerpo técnico y los hinchas se deterioró. A comienzos de año, faltó a un entrenamiento por perder un vuelo desde Chile, y el último fin de semana fue silbado en la Bombonera, un día antes de ser visto en una salida nocturna en la previa de su cumpleaños.
Palacios ya no tiene crédito en la tribuna y parece haberlo perdido también en el cuerpo técnico. Su exclusión suma un nuevo capítulo en una historia marcada por la indisciplina y la irregularidad.
El panorama con Ander Herrera tampoco es alentador. El mediocampista español, uno de los sueldos más altos del plantel, volvió a sentir una molestia muscular y quedó descartado para el duelo ante Atlético Tucumán. Sería su quinta lesión en apenas siete meses. Desde su llegada, disputó solo 9 de 25 partidos posibles, y en ninguno completó los 90 minutos.
Jugó por última vez ante Benfica y fue expulsado desde el banco por protestar un penal. Suma dos fechas de suspensión cumplidas en torneos FIFA y lleva más de un mes sin minutos oficiales. Este martes se sabrá si necesita estudios médicos o solo tratamiento kinesiológico, pero su aporte al equipo es, hasta ahora, muy escaso.
En la práctica del lunes, Russo realizó varias pruebas: no atajó Marchesín sino Brey; Advíncula fue reemplazado por Barinaga; y en el medio jugaron Paredes y Milton Delgado. En ofensiva, Brian Aguirre y Alan Velasco acompañaron a Cavani. Figal, Ayrton Costa y Di Lollo están descartados o en duda, y la lista de bajas sigue creciendo.
El arranque de ciclo de Russo, con cuatro empates y una derrota, ya es el peor de un DT en 25 años. La comparación con ciclos de Falcioni o Borghi —que al menos ganaron un partido en sus primeras cinco presentaciones— marca el momento de incertidumbre.
Con un presente colectivo muy bajo y sin competencias internacionales a la vista, la Copa Argentina toma una dimensión especial. El partido ante Atlético Tucumán no será solo un trámite: será una prueba de carácter para un equipo que parece no encontrar la calma ni dentro ni fuera de la cancha.
