Philippe Petit 2.jpg
A 409 metros de altura, la vida del hombre que cruzó las Torres Gemelas.
La euforia de la gente se debía al temerario acto de Philippe Petit, un equilibrista francés que caminaba por una cuerda floja que conectaba las partes superiores de las Torres Gemelas del World Trade Center. Todos pudieron disfrutar de los 45 minutos que duró la travesía de Philippe, que se paseó ocho veces de una torre a otra. Una vez consumado el acto, se puso de rodillas y dio por finalizada una expedición que le demandó más de seis años de planificación.
La vida de Philippe Petit
Philippe Petit hacía malabares en las calles de París. Esa era su forma de ganarse la vida. Sin embargo, un día todo cambió. Una cita con su odontólogo fue el principio de un sueño. En la sala de espera encontró un artículo sobre el proyecto de construcción del World Trade Center en Nueva York. Tenía 18 años cuando leyó la noticia.
Su obsesión con las torres fue para siempre. Philippe cortó el pedazo del periódico y decidió guardarlo, con la esperanza de que algún día llegaría su momento de caminar por la cuerda. Por eso, cuando llegó a Nueva York y se puso a revisar las condiciones y la geografía del lugar, se dio cuenta que la realidad era muy compleja. Pero no dejó de explorar los edificios y estudió cómo acceder a aquellos lugares.
Philippe Petit 3.jpg
Para llevar a cabo el plan, Philippe tomó innumerables notas, anotó horarios y se las ingenió para pasar inadvertido y cumplir su sueño.
El equilibrista lo intentó de todas las formas posibles. Llegó a disfrazarse de turista, se hizo pasar por un trabajador de la construcción. También se hizo pasar por arquitecto y por periodista. Pero un buen día, mientras revisaba y estudiaba la zona, Philippe se encontró con un hombre llamado Barry Greenhouse, que trabajaba para el Departamento de Seguros del Estado de Nueva York en el piso 82º de la Torre Sur. Resulta que Barry había visto actuar a Philippe en París, y de inmediato, lo reconoció. El francés decidió compartirles sus planes y Barry Greenhouse fue el cómplice que mejores herramientas e información le dio sobre el verdadero interior de la torre.
Philippe contrató a un helicóptero para tomar fotografías aéreas y llegó a construir un modelo a escala para estudiarlo minuciosamente. Lo hacía durante todas las noches antes de caminar por la cuerda. También logró colarse en el techo de una de las torres. Entre sus cómplices figuraba su novia Annie Allix, el fotógrafo Jim Moore, Francis Brunn, que suministró dinero para el proyecto y Jean-Louis Blondeau, hombre fundamental para brindar apoyo logístico y llevar a cabo el plan.
El hombre que arriesgó su propia vida en busca de un sueño
Durante el invierno de 1974 tomó un vuelo a Nueva York y durante meses realizó mediciones, tomó innumerables notas, se hizo con el material necesario. Hasta que pudo entrar de manera ilegal a los edificios que en ese momento estaban desocupados. Anotó horarios, lo que hacían las personas de seguridad y tenía todos los códigos de acceso. Nunca nadie lo detuvo. Se las ingenió para pasar inadvertido a los ojos ajenos.
Philippe Petit 4.jpg
Philippe Petit es arrestado por policías de Nueva York tras haber concretado de manera exitosa su hazaña.
Una vez, Philippe llegó a decir: “En el momento que salí del metro, mientras subía las escaleras, miré hacia las torres y sabía que ya no eran un sueño. Mi sueño había sido destruido inmediatamente. Imposible, imposible, imposible. Es claramente imposible caminar ahí, ¿por qué no había pensado en eso? Tengo que trasladar casi una tonelada de equipo, en secreto, sin que nadie se de cuenta y subirlo de plataforma en plataforma durante varias horas. Es una misión claramente fuera de toda escala humana posible. Pero algo en mi interior sigue impulsándome”. Y esa frase lo llevó siempre a la acción.
El día que caminó en las Torres Gemelas
Philippe tenía 24 años el día que caminó sobre un alambre tendido entre las dos Torres Gemelas. Lo realizó con extrema concentración a más de 400 metros de altura en el World Trade Center de Nueva York. ¿El tiempo que le demandó hacer la travesía? Fueron casi 60 minutos que estuvo sobrevolando el Centro Económico Mundial ubicado en el bajo Manhattan.
En el documental Man on Wire (2008), el director James Marsh plasmó la historia desde otra perspectiva, por el que ganó un premio Oscar en 2009. Philippe describe la escena y confiesa que en ese instante descubrió su sueño. El aviso mostraba cómo serían las futuras Torres Gemelas, él las comparaba con la Eiffel, y le señalaba el lugar que esperaba para pasar a la historia. Contra todos los pronósticos, él cumplió su sueño.
Philippe Petit 5.jpg
A Philippe Petit le llevó seis años de planificación.
Como era de esperar, Petit y sus cómplices fueron detenidos, pero un juez indicó que si Petit ofrecía un espectáculo para niños en el Central Park de Nueva York, los cargos se retirarían. El francés estaba feliz de seguir la recomendación del juez . Días más tarde, realizó un nuevo acto de funambulismo sobre el lago Belveder. Su historia de amor con Nueva York continuó: realizó un paseo sobre la cuerda floja en el Lincoln Center, y se le regaló un pase vitalicio al observatorio del World Trade Center (que se encontraba en la torre sur). No tenía fecha de caducidad, pero lamentablemente la tragedia del 11-S impidió que el artista volviera a pisar sus queridos edificios.
El hombre que nunca dejó de elogiarse a sí mismo
Philippe nunca dejó de elogiarse a sí mismo cuando hablaba de su proeza. Sabe que a pesar del paso del tiempo, sus hazañas seguirán sorprendiendo a propios y extraños. Hasta el escritor neoyorquino Paul Auster quedó maravillado, y luego de conocer al francés en 1980 tradujo al inglés su libro To Reach the Clouds (Alcanzar las nubes), que el director alemán Werner Herzog llamó un “manual de instrucciones para los que algún día pretenden alcanzar lo imposible”.
Precisamente, ese relato de Philippe inspiró la película En la cuerda floja (2015), del director Robert Zemeckis. El film retrata con una perspectiva hollywoodense la hazaña de Petit. Durante casi una hora, decenas de transeúntes quedaron pasmados mirando hacia arriba mientras Philippe, acosado por la Policía y gozando el momento, iba, venía, se arrodillaba y acostaba sobre un cable de hierro, sin protección, a más de 400 metros de altura.
La increíble hazaña de Petit fue ilegal, ya que no contaba con los permisos necesarios para realizarlo, razón por la cual fue detenido por la policía tras completar la hazaña. Cuando los periodistas le preguntaron por qué arriesgó su vida, el acróbata respondió: “Cuando veo tres naranjas, hago malabares; cuando veo dos torres, las cruzo”.