El relevamiento, realizado por la consultora de recursos humanos Randstad, comprobó que apenas 4% del total logró olvidarse “por completo” del trabajo y el celular; mientras que 23% de los consultados aseguró haberse desconectado “bastante” de la tecnología y el trabajo durante el período vacacional.
En el otro extremo, en tanto, 37% de los participantes indicó haberse desconectado “poco” en su tiempo de descanso, y el 36% restante afirmó haber seguido “totalmente” conectado a sus dispositivos tecnológicos y el trabajo. Por lo que, en total, casi el 75% de los trabajadores argentinos pasaron sus vacaciones conectados de alguna manera a las responsabilidades laborales.
“Es importante tomar conciencia de que la tecnología representa un arma de doble filo: así como permite la comodidad de trabajar desde cualquier lugar, el hecho de estar conectados 24/7 puede interferir con el necesario descanso de las personas”, remarcó Andrea Ávila, CEO de la consultora para Argentina y Uruguay.
Además, recordó, “nuestra salud y bienestar dependen de lograr un equilibrio para que el trabajo no invada los espacios de ocio y tiempo personal”.
Vacaciones, trabajo y jefes exigentes
El informe también profundizó sobre las exigencias laborales de jefes y superiores durante las vacaciones, así como la carga de trabajo que suele haber durante esos meses, como factores que pueden incidir en las posibilidades de desconexión de los trabajadores.
Sucede que, en este período de descanso, los trabajadores normalmente también contestan llamados, mensajes y correos laborales. Apenas el 9% de los encuestados aseguró que jamás contesta llamados y mensajes laborales mientras está de vacaciones.
Por otra parte, al consultarles si sintieron presión de su empleador para responder llamados, emails y mensajes relacionados con el trabajo durante sus vacaciones, el 36% de los participantes respondió afirmativamente, y el 2% reveló sentirse siempre obligado a responder mensajes laborales, aunque esté en medio de su período vacacional.
“El home office generalizado por la pandemia supuso muchos beneficios, pero también contribuyó en gran medida a profundizar este fenómeno: por la convivencia del trabajo, las responsabilidades familiares bajo el mismo techo y una mayor tendencia a estar siempre conectados por la falta de presencialidad”, explicó la experta.
Pandemia, “burn out” y después
La crisis sanitaria que atravesó la humanidad durante los últimos 2 años ha generado un mayor nivel de estrés y agotamiento en la fuerza laboral, haciendo que el descanso y el período de vacacional adquieran una mayor relevancia.
En este tiempo, indica el informe de la consultora, surgió una mayor incidencia del “burn out” o agotamiento extremo en los trabajadores y, a este fenómeno, se sumó que gran cantidad de personas prefirieron no tomarse sus días de vacaciones por las restricciones a los viajes, agravando el cuadro de cansancio considerablemente.
En este punto, el 55% de los encuestados afirmó no haberse tomado vacaciones durante el verano.
En ese sentido, al consultarles si estarían dispuestos a tomarse vacaciones, aunque la pandemia o las condiciones económicas les impidieran salir de viaje, un mayoritario 61% afirmó que se tomaría las vacaciones de todos modos, para descansar y quedarse en su casa.
Finalmente, resumió Ávila, “después de 2 años de pandemia, crisis e incertidumbre, es lógico que se experimente un mayor nivel de agotamiento. En este contexto, muchos trabajadores optaron por tomarse vacaciones, aunque no puedan viajar, con el único propósito de descansar, cortar con la rutina y reponer fuerzas”.