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11-S: aunque pasaron 18 años, el atentado que cambió al mundo sigue produciendo víctimas

Roberto Maidana
por Roberto Maidana |
11-S: aunque pasaron 18 años, el atentado que cambió al mundo sigue produciendo víctimas

El atentado a las torres gemelas, en Nueva York, el 11 de septiembre de 2001, causó la muerte de 3.000 personas y dejó más 6.000 heridos. Sin embargo, a 18 años de un hecho que sacudió a esa ciudad y al mundo, el ataque sigue provocando muertes.

La mayoría de las víctimas pertenece al grupo de personas que llegó primero a la zona de catástrofe para ayudar. La zona cero (“Ground Zero”) albergó un agente tóxico de efecto retardado, especialmente para los grupos de rescate.

El 11 de septiembre de 2001 murieron 343 bomberos en su tarea de subir a las torres, buscar heridos, personas atrapadas entre los escombros y combatir el fuego. Transcurridos 18 años, el efecto “residual” del 11-S causó la muerte de otros 200.

Entre los grupos de riesgo se encuentran no solo los bomberos, sino también policías, médicos y voluntarios de todo tipo que acudieron a la zona de desastre.

Es que la gigantesca nube que tomó todo el “lower Manhattan”, la parte sur de la isla, no solo contenía polvo, una amenaza de por sí para el sistema respiratorio. En el aire había, por ejemplo, partículas de elementos metálicos, plásticos fundidos por el calor en suspensión.

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La nube de polvo que se generó tras el ataque contenían elementos tóxicos.
La nube de polvo que se generó tras el ataque contenían elementos tóxicos.

Durante semanas, permaneció una nube con altos niveles de toxicidad para la población. Mientras tanto, seguían trabajando los grupos de rescate y los de desmantelamiento de los restos de los edificios destruidos para iniciar la reconstrucción.

En los bomberos, un total de 10.000 efectivos estuvieron en la zona. De cada uno de ellos se hizo un extenso seguimiento de sus historias clínicas durante años.

Así, se llegó a las siguientes conclusiones: quienes estuvieron en la zona cero tienen mayor riesgo de desarrollar enfermedades mortales, como afecciones pulmonares (un 44% más), cáncer de garganta, de pulmón o tiroides. Inclusive, tienen un 30% más de probabilidades de sufrir enfermedades cardiovasculares (ECV).

El otro gran problema son las enfermedades psicológicas, el síndrome postraumático, que llevó a casos de estrés profundo, depresiones y suicidios.

Después de 18 años de estudios y muertes en cuentagotas, para la ciencia no hay duda: es crucial monitorear a largo plazo la salud de cualquier persona que haya estado expuesta a desastres ambientales masivos, incluso muchos años después.

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11-S. La Torre de la Libertad, un símbolo que también genera problemas.
11-S. La Torre de la Libertad, un símbolo que también genera problemas.

Un dato final: la zona reconstruida tiene una “Torre de la Libertad” (“Freedom Tower”). Un rascacielos de 400 metros de altura. Desde la planta baja proyecta una luz azul que también provoca daños, aunque en este caso ambientales. Nada menos que 160.000 aves por año presentan dificultades por ese brillo estelar.

Según los especialistas, se desorientan, no se detienen en su vuelo ni para comer y caen exhaustas. Otras chocan contra los vidrios de la torre. Los insectos, murciélagos, en tanto, también se muestran vulnerables.

La catástrofe del atentado del 11-S de 2001 no solo sigue cobrando vidas humanas con el paso del tiempo, sino que también provocó un daño al ecosistema urbano.