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De Mao a Xi. 100 años del PC Chino y la transformación del país en potencia mundial (Foto: AP)
Un mensaje contundente
"El pueblo chino se ha levantado" , dijo en su discurso. El lugar elegido no podía ser otro que la célebre plaza de Tiananmen. La enorme plaza de Beijing que se construyó como símbolo de la China comunista alumbrada por Mao Zedong. La misma plaza que en 1989 conmovió al mundo con la imagen de un hombre frente a una columna de tanques, cuando se sofocó la protesta de tres semanas contra, precisamente, el poder del PC Chino.
Después de más de un siglo de subdesarrollo e invasiones es "irreversible la transformación" del gigante asiático, según Xi.
Para reafirmarlo, dijo: "¡El tiempo en el que el pueblo chino podía ser pisoteado, en el que sufría y era oprimido ha terminado para siempre!".
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La presentación del centésimo aniversario de la creación del Partido Comunista de China (Foto: PC)
De una reunión clandestina a potencia mundial
Todo comenzó en una reunión clandestina en una casa de Shanghai en 1921. Allí, su líder revolucionario incipiente, Mao Zedong, pronunció una frase que cambiaría la historia: "El marxismo salvará a China".
La segunda guerra mundial unió a los dos líderes de China contra el nazismo y los japoneses: Chiang Kai Shek y el Kuomintang junto a Mao y los campesinos comunistas.
Con el final del conflicto mundial estalló la guerra civil en China. Mao derrotó al Kuomintang, Chan KAi Shek debió refugiarse en Taiwán y allí surgió la República de China (pro norteamericana).
El 1 de octubre de 1949 nació la República Popular China, con el partido único, el comunismo con base y Mao Zedong, líder indiscutido.
Un proceso de aperturas y violentas represiones acompañaron la transformación total del país. Hasta que en 1978 se dio el paso fundamental para esta China moderna, con el entonces secretario general del PC, Deng Xiao Ping:
El Partido Comunista Chino dirige todos los resortes del país. Tiene 95,1 millones de miembros y el control de la segunda mayor economía del planeta.
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1989: un opositor al PC se para ante una columna de tanques en la plaza de Tiananmen ( Foto: Archivo)
El éxito del PCCh fue mejorar la calidad de vida del pueblo chino progresivamente. Abolió los impuestos rurales, creó un sistema de bienestar con pensiones, atención médica subsidiada y convirtió pueblos de pescadores en grandes ciudades industriales y tecnológicas.
La China de hoy es más rica que la de hace una década. Ni siquiera la pandemia pudo frenar su crecimiento. Su PBI aumentó un 2,3% durante 2020. Asegura que finalmente ha erradicado la pobreza extrema y aspiran en los próximos años de este siglo a ser la próxima superpotencia hegemónica.
La superioridad del Socialismo frente al capitalismo
Pero los fundamentos del PCCh no han cambiado: los métodos de control utilizados durante la era de Mao siguen vigentes. Referencias al marxismo y al maoísmo siguen siendo muy frecuentes, y Xi Jinping no duda en reivindicar la superioridad del socialismo sobre el capitalismo, con ese esquema mixto que reserva para el PC , siempre, la última palabra. Define el curso de acción.
La censura a la libertad de expresión se grafica con solo un ejemplo: hay mil millones de internautas, pero la web tiene enormes censuras sobre los criterios de búsqueda y los sitios de acceso prohibido por el gobierno.
La actividad política opositora es riesgosa. Incluso en Hong Kong, ciudad sobre la que Beijing no deja de avanzar sobre sus "derechos especiales" más democráticos.
Ahora está en plena campaña de persecución contra los grandes empresarios, como Jack Ma de Alibaba, con fuertes medidas regulatorias de antimonopolio. En su día de rebajas, comparable a un "Black monday o friday" del mundo occidental, puede recaudar hasta US$ 74.000 millones (para el día del padre, por ejemplo).
El futuro próximo
La reforma al artículo 79 de la Constitución china le permita a Xi Jinping la reelección eterna. No hay límite para que permanezca en el poder mientras siga siendo ungido como el candidato único.
Con la pandemia, China encontró un nuevo camino para ganar influencia geopolítica con la diplomacia de las vacunas.
"La revolución es grandiosa, pero después de la revolución, el camino será aún más largo y nuestra tarea, aún más grandiosa y más ardua", dijo Mao. Ese es el desafío en este siglo para China.