La Reina Isabel II siempre tuvo un fino sentido del humor. Incluso lo mencionó su hijo, en su primer discurso como Carlos III, el nuevo monarca del Reino Unido.
La Reina Isabel II siempre tuvo un fino sentido del humor. Incluso lo mencionó su hijo, en su primer discurso como Carlos III, el nuevo monarca del Reino Unido.
Pero para poder apreciarlo, a lo largo de sus 70 años como reina, hubo que prestar mucha atención a los momentos en que las cámaras de la realeza o las del periodismo pudieron registrar sus ocurrentes intervenciones.
Las hizo en cualquier ámbito y con cualquier persona. Sea en un evento sumamente formal, con personalidades mundiales o en actividades propias . Incluso en sus visitas y apariciones públicas.
Uno de los momentos más curiosos lo recordó un antiguo miembro del servicio de seguridad, quien develó que en una oportunidad acompañaba en un paseo a la reina Isabel II y de pronto, mientras estaban caminando por los alrededores del castillo de Balmoral (el lugar en donde falleció) aparecieron dos turistas norteamericanos. El custodio notó que no sabían delante de quién estaban, por lo que los dejó hablar con tranquilidad.
Creyendo que estaban frente a una mujer común le preguntaron: "¿De dónde viene, en dónde vive?".
La reina, sin identificarse, les respondió: "Oh, vivo en Londres, pero en las vacaciones vengo lejos, hasta estas colinas".
Los jóvenes siguieron preguntando y cuando ella les dijo que llevaba viviendo en el Reino Unido como 80 años, le dijeron: "Entonces alguna vez debe haber visto a la reina".
Isabel II los miró y les contestó: "Yo no, pero este señor a mi lado (por el guardaespaldas) la ve con regularidad. Dice que tiene su carácter pero también muy buen sentido del humor".
Los turistas, que jamás la reconocieron, tomaron una cámara y le pidieron a Isabel II si les podía sacar una foto con el hombre que "conocía a la reina".
Hace muy poco tiempo, recibió a uno de los agentes públicos que cesaban en su servicio. Al presentarse ante la reina le hizo una pregunta absolutamente protocolar: "¿Cómo está usted, su majestad?".
La reina sacó a relucir su sentido del humor y le respondió: -"Muchas gracias, bueno, bien... todavía sigo viva, pese a todo".
Cuando en uno de sus viajes estuvo frente a frente con el primer ministro de Canadá, el joven Justin Trudeau, quien ahora tiene apenas 50 años, la reina no dudó en decirle: "Bueno, muchas gracias, señor primer ministro de Canadá, por hacerme sentir tan vieja".
La reina utilizó en los últimos años el beneficio de la cultura popular, los medios y las redes para promocionar su imagen y también la del Reino Unido. Por ejemplo, cuando para abrir la celebración del jubileo de platino, sus 70 años como cabeza de la Corona británica, participó en un corto animado nada menos que con otra celebridad nacional: el tradicional osito Paddington.
Ambos abrieron el recital especial delante del palacio de Buckingham de una manera especial. Tomando el té, en el palacio, con el osito como invitado y haciendo toda clase de torpezas delante de su majestad. De pronto, Isabel II y Paddington comenzaron a golpear con sus cucharas las tazas del té. ¿La melodía? "We will rock you", la canción de Queen con que se fundió la imagen para el inicio oficial de los festejos en un escenario gigante delante del palacio de Buckingham.