La guerra en Israel ya se cobró la vida de tres argentinos. El primer fallecimiento confirmado fue el de Rodolfo Fabián Skariszewski (56 años), "compatriota que residía en Moshav Ohad, Israel", precisó la embajada argentina en Israel en un comunicado. Su cuerpo, asesinado mientras conducía su auto en la mañana del sábado durante el ataque de Hamas en el sur de Israel, aún continúa en el interior del vehículo, que quedó varado en una zona restringida por el ejército israelí y según contó su hermano, estaba yendo a buscar a su hija cuando ocurrió el ataque.
“Mi hermano después de sacar al perro fue a buscar a la hija y en el camino, dentro del coche, le dispararon y lo mataron; todo ese camino está cerrado por el ejército y está lleno de coches con muertos adentro. Es una zona de guerra y nadie puede entrar. Está ahí, muerto, no se lo pasaron a la familia ni lo identificaron”, aseguró.
Asimismo, la Agencia Judía de Noticias (AJN) confirmó horas después la muerte de Abi Korin. "El israelí de origen argentino, Abi Korin, falleció en Israel durante los últimos acontecimientos. Saludamos a sus papás aquí en la Argentina y expresamos nuestro profundo pesar", publicó.
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Silvia Mirensky, la tercera víctima argentina en Israel. (Foto: gentileza BBC)
La Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) envió sus condolencias a los padres de la víctima, Sara Korin y Moshé Korin, quien fue director de Cultura de ese organismo.
Abi Korin era un ciudadano argentino nacido en 1967 que había emigrado a Israel a fines de la década de 1980. Según contó su madre, vivía en el kibutz Jolit, era responsable de la seguridad de la región y tenía 3 hijos, que "están ahora en el ejército israelí". "Abi cayó luchando. No sabemos cómo, seguramente en defensa de los javerim (compañeros) del kibutz o de la zona'', dijo Sara.
Este domingo también se confirmó la muerte de Silvia Mirensky, una argentina de 80 años nacida en CABA y que vivía en la granja colectiva Ein Hashloshá, a 17 kilómetros de Gaza. De acuerdo a lo que pudo reconstruir su familia, durante uno de los ataques de este fin de semana se incendió su casa y ella no alcanzó a salir.
“No sabemos exactamente qué tiraron, son conjeturas, pero fue como una bomba que inició el fuego, la realidad es que la quemaron viva. Eran las 9 de la mañana”, dijo su hermana Zulema, quien contó que “recién a la tarde" pudo "confirmar lo que había pasado”.
La víctima había llegado a Israel con su marido Saúl Hugo Mirensky y dos hijos en 1973. La familia se instaló en Ashkelon, otra ciudad al sur del país, y en 1978 se mudó al kibutz.