Por su parte, Boca se mostró desproporcionado, le costó cortar los circuitos de un rival que dominó el mediocampo, y la única llave de peligro que tuvo fue Exequiel Zeballos, quien se mostró activo, pero no pudo hacer más que apilar defensores.
En el complemento, la visita volvió mostrarse enchufado con el trámite del partido y tuvo una buena acción en los pies de Alexis Castro, quien desbordó por la izquierda, dejó pagando a Bruno Valdez e hizo pasar de largo a Nicolás Valentini, pero se quedó sin ángulo e intentó tirarla por arriba de "Chiquito" Romero.
A esta acción, se le sumó un cabezazo de Robert Rojas que se desvió en un defensor y por casualidad terminó la pelota en la manos del arquero. Esto generó el descontento del público local, que comenzó a pedirle a los futbolistas que fuesen por la victoria con el clásico cántico "movete, Boca movete".
Los dirigidos por Almirón, con la exigencia de su gente, se adelantó en el campo de juego y tuvo una tibia reacción que no supo acompañar con precisión y convicción para lograr la igualdad y finalmente cosechó una derrota con una nueva pálida imagen.
Tigre, que es dirigido por su flamante entrenador Lucas Pusineri, no sufrió sobresaltos ante un Boca que se lo notó perdido y carente de ideas, y logró plasmar su supremacía desde un tiro de esquina, con el cabezazo del zaguero.