“Estas peleas son un absoluto absurdo. Ni siquiera sé qué decir, especialmente después de la tragedia con mi hermano. No queríamos que participara. Todos estábamos muy preocupados; mi madre le pidió que no peleara, intuyendo que podía pasar algo más grave. Hablamos con él, pero nos pidió apoyo y entonces no tuvimos otra opción”, le dijo su hermana a los medios al afirmar que intentaron evitar la pelea.
Joao Víctor, de 23 años, dominaba la pelea antes de sufrir el golpe fatal. El boxeador herido fue atendido por los socorristas y recuperó el conocimiento. Pero su estado empeoró rápidamente y tuvo que ser trasladado al servicio de urgencias de un hospital.
Los medios locales afirman que el devastador puñetazo le dejó un traumatismo craneoencefálico severo.
En el comunicado oficial del hospital se puede leer: "Después de realizar los exámenes, el paciente fue declarado con muerte cerebral, lo que también provocó un paro cardíaco".
“Estas peleas son un absoluto absurdo. Ni siquiera sé qué decir, especialmente después de la tragedia con mi hermano. No queríamos que participara. Todos estábamos muy preocupados; mi madre le pidió que no peleara, intuyendo que podía pasar algo más grave. Hablamos con él, pero nos pidió apoyo y entonces no tuvimos otra opción", declaró su hermana a los medios.
“El ganador de la pelea recibiría 18 eros y el perdedor unos 10. Desafortunadamente, la vida de mi hermano se perdió por esta cantidad”, añadió.
Más allá de su pasión por el boxeo, Joao Victor era responsable de recursos humanos en un hotel en el noreste de Brasil, y vivía en Jijoca de Jericoacoara con su familia.