Ante un Scaloni que escuchaba atentamente, Chiquita continuó con su relato y recordó lo que era el técnico en su época de estudiante: “Cuando iba a la escuela, a los 11 años, iba con la rayita al medio, la melenita y el flequillo, que no se le quedaba nunca quieto. Era muy travieso, le gustaba mucho hacer bromas. No encontraba una pelota más que un pedazo de papel, la apretaba y se hacía unos tiritos”, contó, mientras la gente gritaba.
“Ese es Leo, siempre educado, siempre responsable. La familia fue un modelo de acompañamiento y que sirva de ejemplo para todos los padres que me están escuchando. Los chicos tienen que jugar como algo lúdico y después acompañarlos a la cancha”, agregó Chichita.
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Scaloni, junto a su primera maestra, Chichita.
Luego, la maestra cerró su improvisado discurso con una anécdota y un mensaje por demás emotivo. “Estaba en el primer asiento y cuando llegaba la hora del mediodía, él miraba siempre la ventana porque sabía que ahí estaba su papá, esperándolo con el camión. Eso es lo que debe hacer la familia, lo que hicieron los Scaloni. Te quiero, Leo, te quiero con todo el corazón. Nunca creí que te iba a volver a abrazar”, concluyó, para despertar la ovación del público.
Conmovido y sin poder retener las lágrimas, Scaloni se acercó hasta la mujer y la abrazo ante el aplauso del público. Luego, recibió una placa en su honor y dejó en claro que estaba conmovido ante tamaña muestra de cariño.
“Yo pensé que ya me había llorado todo, pero todavía me quedan emociones. Recién, ahora cuando di vuelta con la caravana, y veía gente que veía de chiquito, familias, saludándome, se me venían cosas a la cabeza de cuando era chiquitito, de lo que había vivido en este pueblo. Es emocionante esto, porque no es solo gente de Pujato, sino de alrededor”, afirmó.
“Y este es el triunfo de todos, y por eso siempre lo quería recalcar. No es de un club ni de otro, sino de todo el país. Esta selección, como siempre dije, jugaba por y para la gente”, concluyó.