Dos adolescentes de 13 y 17 años desaparecieron tras salir rumbo a una plaza el sábado por la tarde. Desde entonces no se sabía nada de ellas. La familia inició una intensa búsqueda. La Policía ya analiza cámaras de seguridad y el teléfono celular.
El angustiante relato de la mamá que busca a sus dos hijas y que conmovió a Novaresio.
Una mamá denunció la desaparición de su hija de 13 años y de una adolescente de 17 que tenía bajo guarda desde hacía cuatro meses. Ambas jóvenes fueron vistas por última vez el sábado por la tarde cuando se dirigían a la plaza. Desde entonces no hubo más contacto. La familia pide colaboración urgente para encontrarlas.
“Mamá te amo, cuando volvamos te vamos a hacer un té”, fue la última frase que escuchó Gabriela antes de que sus dos hijas salieran de casa el sábado por la tarde. Eran las 14:20 horas cuando Ludmila, de 13 años, y Alejandra, de 17, dejaron la vivienda familiar en la zona oeste del conurbano bonaerense. Habían recibido permiso para ir a la plaza y debían regresar a las 19:30. Nunca lo hicieron.
Desde entonces, el silencio y la incertidumbre consumieron a la familia. Gabriela, madre biológica de Ludmila y referente afectiva de Alejandra -quien se encontraba bajo su guarda legal desde abril-, inició una campaña desesperada para encontrarlas.
“Salieron felices, me mandaron un video riéndose. No entiendo qué pasó. No hubo peleas, no estaban tristes, no había motivos para esto”, contó entre lágrimas en una entrevista con Luis Novaresio por A24.
La desaparición ocurrió el sábado pasado, en la localidad bonaerense de Moreno. Según el relato de Gabriela, las chicas partieron rumbo a la plaza Bujan, un espacio verde habitual para sus salidas, cerca de su hogar.
“Les di permiso como cualquier otro día. A mi hija de 13 años nunca le había pasado algo así. Jamás se fue de casa sin avisar”, explicó.
En el caso de Alejandra, de 17 años, la situación era distinta: tenía antecedentes de fugas de los hogares donde estuvo en guarda, pero nunca había ocurrido algo semejante durante su estadía con Gabriela.
“Está con nosotros desde abril. Es hija de la madrina de mi hija biológica, nos conocemos desde siempre”, aclaró.
Solo una de las chicas tenía acceso a un teléfono celular, que compartían. Sin embargo, el dispositivo quedó sin batería y su última conexión fue el mismo sábado a las 21:30 horas, aunque ese contacto no fue con la familia. A partir de ese momento, no se supo nada más de ninguna de las dos.
Las cámaras de seguridad las registraron en la estación de Moreno, pero no hay rastros posteriores. Ni una llamada, ni un mensaje. “Es como si se las hubiera tragado la tierra. No sabemos si se fueron por su cuenta, si están retenidas, si se perdieron. No sabemos nada”, lamentó Gabriela.
La Policía ya activó el protocolo para menores desaparecidos, y comenzó a tomar testimonios a familiares, amigos y personas que las conocían. También se están rastrillando zonas cercanas a Moreno, Merlo, Paso del Rey y Ciudadela, donde la familia ha empapelado las calles con fotos y teléfonos de contacto.
La fiscalía trabaja además en el desbloqueo del celular para acceder a mensajes y datos de ubicación. “Cada minuto cuenta. Estamos en una carrera contra el tiempo”, subrayó la periodista Paula Wilberger durante el móvil en vivo.
La voz de Gabriela conmueve. Mantiene la entereza solo por ellas. “Mamá está fuerte, no llora, porque tiene que buscarlas. Pero mamá las necesita. Si me están viendo, quiero que sepan que todo lo podemos hablar. Que vuelvan como salieron: contentas, sanas, salvas.”
En el mensaje, les habla a ambas: “Ale, nunca hiciste esto. Si tuvimos algún problema, lo arreglamos como madre e hija. La calle no es para vos. Ludmila, vos sabés lo que es estar sola. Vos ya pasaste por esto. No entiendo qué pasó. Solo quiero que regresen”.
La familia insiste en que se trata de un caso muy delicado. Por la edad de las chicas, su falta de recursos y de comunicación, cualquier retención contra su voluntad puede constituir un delito. Por eso, piden a la sociedad que esté atenta. Que miren bien a las adolescentes que caminan por la calle, que se fijen si alguien parece moverse desorientado, asustado, o si coinciden con la descripción.
“Si alguien las tiene, que se ponga una mano en el corazón y las devuelva. Son menores. No pueden estar encerradas en ningún lado. Lo que están haciendo es muy grave”, advirtió Gabriela.
Ludmila (13 años): es la hija biológica de Gabriela. Nunca se había ausentado sin aviso. Compartía un celular con su hermana de guarda.
Alejandra (17 años): está bajo guarda desde abril. Había tenido antecedentes de fugas de otros hogares. Gabriela destaca que con su familia había encontrado estabilidad.
Ambas chicas fueron vistas por última vez en la estación de tren de Moreno. Salieron juntas y se presume que continuaron su trayecto en transporte público.
Por el momento, no hay indicios de que las adolescentes hayan huido por algún conflicto en el hogar. Según testimonios y videos aportados por la familia, salieron contentas, bromearon con juegos de plaza y se despidieron con afecto.
Se barajan tres posibilidades:
Que hayan decidido ir a visitar a alguien sin avisar y no hayan podido volver.
Que se hayan desorientado o quedado sin medios para regresar.
Que alguien las haya retenido contra su voluntad.
La fiscalía no descarta ninguna línea de investigación. Se trata de un momento crítico, donde la colaboración ciudadana puede ser decisiva.
Cualquier persona que tenga información sobre el paradero de Ludmila y Alejandra puede comunicarse al 911 o dirigirse a la comisaría más cercana. También puede contactarse con la familia a través de los teléfonos que figuran en los afiches distribuidos en redes y en las calles de Moreno, Merlo y alrededores.