Interferencias, demoras y una investigación estancada
"Eso me inquieta mucho", confesó González Prieto con tono de frustración. "Siento que se va a llegar a un juicio sin pruebas fuertes, y eso pone en riesgo una condena firme". El periodista se refiere a las múltiples interferencias que, desde el inicio, marcaron la investigación: versiones inconsistentes, pruebas que se extraviaron, testimonios manipulados y presiones políticas y mediáticas que afectaron la objetividad del proceso.
Actualmente, hay varias personas detenidas, entre ellas funcionarios, familiares y conocidos del entorno del niño, pero la causa no avanza en la dirección esperada. “Llama la atención el silencio absoluto que mantienen. Es todo muy raro”, comentó González Prieto. El mutismo de los acusados contrasta con el escándalo mediático y judicial que rodea el caso.
Una justicia bajo la lupa
González Prieto también se refirió al rol de la Justicia. "Los jueces van a estar muy expuestos", anticipó, aludiendo al grado de presión social que existe en torno al caso. Sin embargo, advirtió sobre los peligros de confundir justicia con clamor popular: “No podemos confundir justicia con condenas basadas en lo que pida la gente. Tiene que haber pruebas. Si no, no sirve”.
Estas palabras subrayan una tensión permanente en el caso Loan: la necesidad de encontrar respuestas concretas sin caer en la tentación de buscar culpables a cualquier costo. El riesgo de llegar a una instancia de juicio sin pruebas contundentes podría significar la impunidad definitiva para los responsables.
Una familia entre el dolor y las sospechas
Para González Prieto, "la familia de Loan es víctima", pero no desconoce que en su entorno hay figuras que generan inquietud. “Hay gente muy extraña metida”, expresó, abriendo el foco a la posibilidad de que el rapto haya sido facilitado por alguien con acceso a la rutina del niño.
“Cuando hay tantas teorías cruzadas y el expediente se llena de nombres, se hace difícil llegar a un buen final. Es doloroso, pero es así”, explicó el periodista. A su entender, no necesariamente el autor material pertenece a la familia, pero sí alguien que conocía el barrio, los movimientos y los horarios. Eso facilitó la ejecución del secuestro.
Un caso que golpeó al país entero
La desaparición de Loan Peña ocurrió el 13 de junio de 2024, cuando participaba de un almuerzo familiar. Según la versión inicial, el menor se había alejado con otros niños y adultos para buscar naranjas en una zona rural cercana, y nunca regresó. Esa coartada fue rápidamente cuestionada por inconsistencias en los relatos y el hallazgo de pruebas como una zapatilla en un lugar sospechosamente expuesto.
A medida que pasaron los días, la sospecha de una desaparición forzada reemplazó a la teoría del accidente. Comenzaron los allanamientos, las detenciones, y la causa cambió de carátula en varias oportunidades: primero fue una búsqueda por paradero, luego un posible abandono, y más tarde un caso federal de trata de personas con intervención del Ministerio de Seguridad.
Una causa atrapada en el laberinto judicial
Hoy, más de un año después, el caso Loan continúa sumido en un laberinto judicial. La Justicia federal tomó las riendas, pero la presión política, mediática y social enturbia cada paso. Si bien se ha reforzado el trabajo de los peritos y especialistas, la falta de nuevas pruebas materiales mantiene el expediente en punto muerto.
Los abogados querellantes insisten en que la hipótesis de trata internacional debe ser profundizada, aunque hasta ahora no hay rastros concretos del niño en el exterior. Los organismos internacionales que se sumaron al caso no han podido aportar mayores avances.
Una herida abierta en Corrientes y en todo el país
En la localidad de 9 de Julio, donde vivía Loan, el caso sigue siendo una herida abierta. Las escuelas, las iglesias y los vecinos no olvidan. Se realizan marchas, se colocan carteles, se elevan oraciones. Pero la esperanza se mezcla con la bronca, y el dolor se vuelve cada vez más difícil de sobrellevar.
Los padres del niño, José Peña y Ramona Ojeda, han sido objeto de escrutinio público y han ofrecido declaraciones contradictorias. Aunque la madre fue desligada de la causa, el padre enfrenta sospechas que aún no han sido del todo aclaradas.