Sin embargo, detrás de esa fachada, se gestaba una historia de violencia y control, cuyas señales no alcanzaron a ser advertidas o frenadas a tiempo. Nadie imaginaba que el desenlace sería tan brutal como sorpresivo.
El inicio del horror
El crimen comenzó en la madrugada del lunes, cuando Dellarciprete se dirigió a la casa de su exesposa, ubicada en el barrio Villa Italia. Allí, según reconstruyeron fuentes policiales, apuñaló a Rocío Villarreal con violencia, provocándole la muerte en el lugar. El ataque fue tan feroz que no dejó margen para que la joven madre pudiera pedir ayuda o defenderse.
Tras asesinarla, el hombre escapó de la vivienda con sus dos hijos, en una camioneta Renault Duster blanca. Desde ese momento, comenzó una desesperada búsqueda por parte de las autoridades, que ya tenían indicios del femicidio y temían por la vida de los menores.
La trampa mortal en la ruta
Dellarciprete condujo durante varios kilómetros por la Ruta Nacional 228, con sus hijos en el vehículo. Su intención, al parecer, era suicidarse junto a ellos provocando un accidente. Así fue como, a la altura del partido de San Cayetano, intentó estrellar el vehículo con los niños a bordo.
El choque, sin embargo, no fue lo suficientemente grave como para cumplir su objetivo. El intento de suicidio falló, aunque no así su determinación de consumar la tragedia. De forma escalofriante, asesinó a Tiziano y Francesco en el interior del vehículo. Luego, abandonó el rodado y caminó durante unos minutos por la zona rural.
En ese lapso, según relataron testigos, preguntó a varias personas si tenían un arma de fuego. Nadie le respondió afirmativamente, pero su comportamiento comenzó a levantar sospechas. Algunas personas llegaron a alertar a las autoridades, pero ya era demasiado tarde.
Minutos después, Dellarciprete se ubicó sobre el kilómetro 69 de la Ruta 228 y, sin mediar palabra, se arrojó debajo de un camión Mercedes Benz que circulaba por la vía. La muerte fue instantánea.
Una comunidad devastada
El crimen de Rocío Villarreal y sus dos pequeños hijos generó una profunda conmoción en Tres Arroyos. Las redes sociales se inundaron de mensajes de dolor, bronca e incredulidad. Amigos, familiares, conocidos y vecinos no encontraban palabras para explicar lo sucedido.
“No puedo creerlo, era una chica llena de vida, siempre sonriendo y luchando por sus hijos”, escribió una amiga de Rocío en Facebook. Otros mensajes coincidían en destacar su rol como madre, su dedicación al trabajo y la forma en que se había reinventado tras la separación.
Las autoridades locales declararon duelo municipal y se suspendieron actividades oficiales en señal de respeto. Desde el municipio emitieron un comunicado expresando su “profundo pesar por el trágico fallecimiento de Rocío y sus hijos” y acompañando a la familia en el difícil momento.
Investigación y antecedentes
La investigación del caso quedó en manos de la Fiscalía N°6 de Tres Arroyos, a cargo del fiscal Gabriel Lopazzo. Los primeros peritajes confirmaron la muerte violenta de Rocío por apuñalamiento, y que los niños fueron asesinados posteriormente dentro del vehículo.
Si bien hasta el momento no hay registros públicos de denuncias previas por violencia de género contra Dellarciprete, fuentes cercanas a la víctima aseguraron que la relación había sido “conflictiva y controladora”, aunque Rocío nunca lo había denunciado formalmente.
“Ella quería rehacer su vida, pero él no se lo permitía. La acosaba, la presionaba, se aparecía de la nada. Siempre estaba cerca, como si no aceptara que se había terminado”, relató una vecina cercana que conocía a la familia.
Femicidio, filicidio y suicidio: una combinación atroz
El caso reúne tres figuras delictivas especialmente sensibles en la legislación argentina: femicidio, filicidio y suicidio posterior del autor, una tríada que dificulta la aplicación de justicia en el sentido punitivo, pero que deja abierta la reflexión sobre los mecanismos de protección hacia mujeres e infancias.
Desde el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad bonaerense expresaron su repudio al hecho y remarcaron la importancia de fortalecer las redes de prevención, acompañamiento y atención a mujeres víctimas de violencia.
“Este crimen no es un hecho aislado. Forma parte de una estructura social que sigue habilitando y tolerando el control, la dominación y la violencia extrema contra las mujeres y sus hijos”, expresaron en un comunicado.
El último adiós
Los restos de Rocío Villarreal y sus hijos fueron velados en una ceremonia íntima, acompañados por decenas de vecinos y allegados. El silencio reinante en el salón funerario solo era interrumpido por sollozos y oraciones.
Tres Arroyos, que supo ser una ciudad tranquila, no será la misma después de esta tragedia. La imagen de Rocío con sus hijos quedó grabada en la memoria colectiva. La pregunta que recorre las calles, todavía sin respuesta, es una sola: ¿cómo se llega a tanto?