"Más de 15.500 usuarios de electricidad van a ser excluidos del régimen de subsidios energéticos", dijo.
De esos 15.518 hogares, el 44% se había categorizado como de ingresos bajos y el 56% se consideraba de ingresos medios. "A pesar de haberse inscripto como tales, gozaban de privilegios como piletas climatizadas y sus consumos mensuales se equiparaban con los de una PyME promedio", señaló Adorni.
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Ese gasto de energía duplica y a veces hasta triplica el promedio de un usuario residencial, que es de 250 kilovatios-hora (kWh) por mes.
El vocero agregó: "Iniciamos el proceso de recategorización automática. Esto implica un ahorro de más de $3.000 millones por año, lo que contribuye a consolidar aún más el orden fiscal. Y es un paso importante para sanear un esquema tarifario devastado. La energía cuesta y quien puede pagarla, debe hacerlo. Es el fin de los privilegios que algunos políticos gozaban por vivir en Puerto Madero o en barrios cerrados".
El análisis se realizó mediante herramientas de Sistemas de Información Geográfica (GIS) y bases de datos espaciales (PostGIS), con datos abiertos provistos por ARBA y el OPISU (Organismo Provincial de Integración Social y Urbana).
La recategorización automática implica que estos usuarios serán excluidos del Registro de Acceso a los Subsidios a la Energía (RASE).
No obstante, el Gobierno habilitará un procedimiento de revisión individual: los usuarios afectados podrán presentar un reclamo a través de la plataforma Trámites a Distancia (TAD), bajo el trámite “Solicitud de revisión de subsidios energéticos”, con carácter de Declaración Jurada, y serán responsables de aportar las pruebas que justifiquen su inclusión.
El anuncio oficial afectará a un porcentaje de hogares
Algunos usuarios afectados por esta medida viven en countries como Santa Bárbara, Campo Grande y Nordelta. De hecho, según comentan fuentes oficiales, el 10% de los hogares de Nordelta tienen subsidios.
La quita de subsidios será para muy pocos usuarios, teniendo en cuenta que hay más de 9 millones de hogares que todavía tienen la ayuda del Estado nacional para pagar la energía, pero persigue un espíritu de justicia y "golpe a la casta", tal las consignas libertarias.
En materia de ahorro fiscal es casi imperceptible: 3 millones de dólares, sobre un gasto en subsidios que podría terminar este año cerca de los US$5.000 millones. Eventualmente, un problema que puede enfrentar el Gobierno es lo que técnicamente se llama "error de exclusión": dejar afuera a usuarios que realmente necesitaban los subsidios, pese a vivir en las zonas de mayores ingresos de la Argentina.